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arte

Chiharu Shiota: «Los sentimientos para pedir perdón y dar las gracias son los mismos»

Chiharu Shiota compone en el Espai de Castellón «Cartas de agradecimiento», una de sus instalaciones más poderosas. La artista representará a Japón en la Bienal de Venecia de 2015

Chiharu Shiota: «Los sentimientos para pedir perdón y dar las gracias son los mismos» abc

javier díaz-guardiola

Considera que el leitmotiv de su trabajo es la ausencia. Pero, para explicarla, lo abarrota todo con madejas que fagocitan los objetos cercanos, como lo haría una araña con sus hilos. Cualquier instalación de Chiharu Shiota es un dibujo en el aire, una invitación a los sentidos de la vista y el tacto. La japonesa, que en 2015 representará a su país en la Bienal de Venecia, recala antes en Espai de Castellón .

Cuando creíamos que el correo postal estaba en desuso aparece usted con un montón de «Cartas de agradecimiento».

Para esta exposición, he recolectado cartas de los habitantes de Castellón y sus alrededores. Quería conectar los sentimientos de gratitud de su gente y unirlos los unos con los otros a través de la lana. Muchas de estas personas visitarán el museo y se reencontrarán con sus propias misivas. Esto las convierte en parte de la muestra.

Ha mencionado la lana. El hilo, los nudos, son materiales fundamental en sus obras. ¿De qué son metáfora?

La lana funciona como lo hacen mis sentimientos. A veces se enreda, otras se suelta o se tensa. Así son las relaciones entre personas. Estas pueden ser tirantes, romperse o cambiar. La lana es espejo de los sentimientos.

«Duermo dentro de las instalaciones para completarlas»

Su color suele ser el negro. ¿Anida en él otro tipo de simbología?

Normalmente utilizo el negro. Sólo me serví del rojo para mi última exposición en NF Galeria (Madrid) en febrero para unir zapatos, pero eso era algo diferente. Ese color sólo era para hablar de sentimientos profundos, del dolor, de la conexión entre cuerpos... Lo del negro es más amplio. Transmite las relaciones a otro nivel, hacia otro espacio. Es el universo.

«Cuando me sirvo de la lana como material, me siento incapaz de mentir», ha dicho. ¿A qué se refiere?

La lana es como mis propios sentimientos. Por eso no puedo mentir. Si estoy furiosa, los trazos de lana nunca podrán ser suaves... Es como si me pusiera a pintar o dibujar. Con el hilo, estoy dibujando en el aire.

Recuerdo un proyecto fundamental: «Breathing From Earth» (2000), en el que dormía. Era una especie de «performance» o ampliación de la disciplina. ¿Le interesa?

Duermo dentro de las instalaciones para completarlas. Cuando mi cuerpo está dentro de ellas, me siento cómoda y doy la pieza por terminada. Me interesa el performance. Ha estado conmigo desde el principio, como una forma diferente de tratar los materiales, de tocarlos más directamente. Cuando necesito sentir algo más cercano a mi cuerpo, trabajo el performance. A menudo siento miedo, siento que mi cuerpo me abandona. No es una cuestión sobre la vida o la muerte: tan solo siento que no me acompaña. Intento recobrar así la conciencia.

«Le pedí a mi madre mi cordón umbilical. Lo colgué con lana negra»

Generalmente el ser humano no forma parte de sus piezas. Sólo sus restos.

El ser humano está presente. No me gusta que de forma física, pero su existencia está presente. Es el espacio el que me interesa. Si hay alguien concreto en él, ya nada puede ser creado. Diría que el tema de mi trabajo es la ausencia. Intento mostrar la existencia en un espacio vacío. Quizás sólo vemos objetos, y eso hace que se generen historias, historias de personas y sobre la existencia humana. Por eso siempre utilizo objetos usados.

También busca la conexión entre los objetos que utiliza y su biografía. Si no me fallan los datos, el primero que empleó fue su cordón umbilical

Fue en un templo japonés, en Mi existencia como extensión física, en 1995. Y sí, le pedí a mi madre mi cordón umbilical. Lo colgué con lana negra, y cubrí el suelo de cenizas. Quería hablar del principio y el final de la existencia como algo físico. Siempre hay una enorme conexión con los objetos porque de ese modo puedo sentir más al ser humano y la memoria.

¿Qué lectura debemos sacar de sus instalaciones? ¿Son frágiles o muy poderosas?

No creo que sean frágiles. Utilizo todo el espacio para agrandarlo y hacerlas fuertes. Quiero que la gente forme parte de él y lo sientan de un modo inmediato, no que vayan despacio mirándolo todo cuidadosamente, o tratando de comprender. Busco el entendimiento rápido.

«La lana es como mis propios sentimientos. Por eso no puedo mentir»

Este mismo proyecto lo desarrolló antes en Tokio, en el Museo Kochi. ¿Cómo se reactualiza en España?

Es diferente porque las cartas están en otro idioma. De japonés a español, que también son físicamente muy distintos. Es necesario que las cartas puedan ser entendidas. Kochi es la ciudad de mis padres y quería darles de alguna forma las gracias por todo. Luego continué desarrollando esa idea y me he dado cuenta de que los sentimientos de perdón y gracias son casi similares.

Ha sido elegida para representar a Japón en Venecia. ¿Qué significa eso para usted?

Venecia es como la Olimpia del arte. He visto grandes nombres ahí. Buenos trabajos, aunque no los mejores. No quiero someterme a mucha presión. Será de nuevo un proyecto acerca de la ausencia, pero no trabajado como una japonesa.

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