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arte

ARCO'14: El crítico como galerista

Hemos pedido a nuestros críticos que elijan a los, a su juicio, tres artistas a los que no conviene perder la pista en ARCO’14. Con ellos, han confeccionado unos estands muy particulares

ARCO'14: El crítico como galerista abc

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ÓSCAR ALONSO MOLINA. Andrés Pachón (G. Ángeles Baños), se estrena en la feria como uno de los nombres imprescindibles de su generación , demostrando tanta audacia como cualificación en sus análisis sobre los límites de la realidad construida culturalmente. Con más experiencia en estos foros, Simón Zabell (Alarcón Criado y Álvaro Alcázar), cuestiona una vez más cómo cristalizan las experiencias reales o imaginarias frente a los sentidos: lo visto, lo escuchado, lo leído… Por último, veterana de renombre internacional, Susanne Them- litz (Vera Cortês Art Agency), presenta sus trabajos más recientes siempre en la antesala de lo onírico y lo grotesco, de donde se deduce un sutil comentario mordaz sobre nuestra condición humana.

FRANCISCO CARPIO. Voy a jugar a ser galerista… Les presento mi estand ideal de ARCO. Empezaré apostando por el producto nacional: Isidoro Valcárcel Medina (G. Ad Hoc), una de las figuras históricas y referenciales del arte conceptual español; artista singular, lucidísimo, inteligente; un, en mis palabras, «creador-salmón»: casi siempre a contracorriente de modas y tendencias. Haciendo junto a él el paseíllo, Mateo Maté (Nieves Fernández), otro de los artistas españoles más personales, lúdicos, polisémicos e imaginativos de nuestro Planeta Arte. Un valor en continuo alza. Como no debe haber dos sin tres, elijo finalmente a Clare Strand (Fúcares), fotógrafa inglesa, dueña de una voz propia y difícilmente etiquetable, a medio camino entre el reino de lo mágico y el de lo cotidiano. ¿Me lo compran…?

Carlos Motta indaga en la sexualidad de las civilizaciones pre-hispánicas

F. CASTRO FLÓREZ. Tres artistas interesados en indagar en los modos de leer y en diferentes formas de textualidad. Almudena Lobera (G. Max Estrella), siempre atenta al modo en que la realidad está «enmarcada», nombra afinidades teóricas por medio de una biblioteca. María José Argenzio (NoMínimo) recubre la realidad política y económica ecuatoriana con materiales nobles que revelan una estafa subyacente. Por último, Carlos Motta (Filomena Soares), experto en «grafitis ideológicos», indaga en Nefandus (2013) en la homosexualidad en las civilizaciones pre-hispánicas amerindias y el uso del control sexual como forma de dominación política. Frente al Gran Relato de la Historia o las anécdotas del story telling, «lecturas atentas», tres casos de puntualizaciones que muestran realidades veladas.

MIGUEL CERECEDA. Si tuviera que presentar en una feria internacional la nueva imagen del arte español contemporáneo, optaría por tres mujeres, que se encuentran en un momento dulce de su trayectoria. Pero no por ser mujeres, sino porque ahora mismo son lo más lúcido y lo más renovador del panorama español actual: Núria Güell (G. ADN), por su arte combativo y polémico contra las consecuencias de la crisis; Marina Vargas (Javier López), por la rotundidad y la estremecedora fuerza visual de sus propuestas; y Cristina Lucas (Juana de Aizpuru), por su reflexión acerca de las relaciones entre arte, valor cultural y capital.

Manuel A. Domínguez, un dibujante magistral, que denuncia desde el silencio

JAVIER DÍAZ-GUARDIOLA. Inspirado por los tiempos que corren (juegos olímpicos de Sochi en marcha) elijo a tres artistas de gran potencia que, en realidad, abanderan a los compañeros de sus respectivas galerías, igual de válidos todos ellos. Son estos Guillermo Mora (Formato Cómodo), que vive un momento dulce que él aprisiona en sus estructuras, mucho más autobiográficas de lo que parece. Adrián Melis (ADN), que documenta en sus fotos unos paisajes particulares: las vistas -desde un balcón o una ventana- que también se quedan los bancos cuando expropian una vivienda. Y Manuel A. Domínguez (Ángeles Baños), un dibujante magistral, que denuncia desde el silencio.

JOSÉ JIMÉNEZ. «Elegir», o señalar a tres artistas entre los en torno a cuatrocientos cuyas obras se presentan en ARCOmadrid es una tarea casi imposible. Aunque sea irrealizable, a mí me interesan todos, los elegiría a todos. Pero, asumiéndolo como una pequeña aportación de «piezas» a lo que será un mosaico resultante, indicaré tres nombres: Montserrat Soto (Juana de Aizpuru y Horrach Moyá), Carlos Garaicoa (Elba Benítez) y Luis Gordillo (Joan Prats, Marlborough y Rafael Ortiz). El motivo de esta elección reside en mi deseo de llamar la atención sobre la calidad y el dinamismo del arte que se hace en España, y que no goza de la visibilidad nacional e internacional que se merece. Tres artistas cuya obra no hace sino crecer en intensidad e interés con el paso del tiempo.

Artistas «jóvenes» que resisten la tentación de dar con un truco y repetirlo

JAVIER MONTES. Tres artistas en la treintena dedicados, cada una a su manera, a expandir y repensar el campo de su trabajo y a disolver fronteras entre disciplinas. Las performances filmadas de Cinthia Marcelle (G. Bendana i Pirel), el cine «ampliado» de Laida Lertxundi (Marta Cervera) y los objetos «reseteados» desde cero de Hisae Ikenaga (Formato Cómodo) tienen en común la voluntad de provocar la aparición de nuevas palabras (y nuevas formas de pensar) para referirnos a su trabajo. Artistas «jóvenes» que resisten la tentación generacional de dar con un truco, convertirlo en logotipo y repetirlo hasta la saciedad: da la impresión de que sus carreras ya asentadas contienen también el germen de muchos desarrollos futuros.

LAURA REVUELTA. Y porque, sin duda, está bien seguir la trayectoria de aquellos artistas que forman parte de lo más contemporáneo de la colección de esta casa. Primero, Linarejos Moreno (Pilar Serra), quien ahora vive entre Houston y Madrid, investigando en la profundidad de su trabajo intelectual y artístico. Segundo, Miguel Ángel Tornero (Juan Silió), porque se encuentra entre nuestros ganadores más jóvenes e inexpertos (en aquellos momentos). Supuso una apuesta en toda regla. Tercero, Aitor Ortiz (Max Estrella), uno de los primeros ganadores. Javier Arce, quien fue mención, lo tengo en el almacén de este estand imaginario.

Heidegger percibe la esencia de la técnica mediante Jano bifronte

JAVIER RUBIO NOMBLOT. «Esta potencia está situada más allá de la capacidad humana, se le escapa y es aún más fuerte. De ahí que Heidegger perciba la esencia de la técnica mediante la figura del Jano bifronte. Por un lado, revela en parte la verdad del ser y, por otro, impone un modo de relación, específico y reduccionista, entre hombre y Naturaleza» (Ochoa Santos, 2010). Para celebrar que la neutralidad de la tecnociencia ha sustituido a las demás cosmovisiones, propondría un estand dedicado al Jano bifronte en el que figuraran el pionero Tony Cragg (Michael Schultz), el incisivo José Hidalgo-Anastacio ( Ponce+Robles y NoMínimo) y Thomas Shütte (Faggionato), por sus odas al ocaso.

VÍCTOR ZARZA. Sin proponérmelo, los tres artistas sobre los que ha recaído mi elección -Daniel Jacoby (Galería MaisterraValbuena), Irina Novarese (Cánem) y Amparo Sard (Espacio Líquido)- coinciden en cuestionarse los términos en los que se define la identidad y su representación, todos ellos desde distintos ángulos y, además, a través de planteamientos multimedia, que comprenden la archivística, el vídeo de ficción, la performance o el dibujo. No es posible, por tanto, clasificarlos dentro de las categorías estándar -ni falta que hace- y en tal correspondencia hallamos una buena parte del atractivo e interés de su discurso: el procedimiento se determina por la naturaleza (crítica) de su temática.

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