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entrevista

Annette Bening: «Nunca pensé que tuviera tan buena imagen en España»

La intérprete amadrina el arranque del Festival de San Sebastián y presenta la película «La mirada del amor»

Annette Bening: «Nunca pensé que tuviera tan buena imagen en España» efe

david martos

Casi diez años después de concederle un premio Donostia por toda su carrera, el Festival de San Sebastián ha vuelto a recibir a Annette Bening como invitada de honor. La actriz ha regresado a España con 55 años y una nueva película bajo el brazo, «La mirada del amor», en la que interpreta a una mujer que se obsesiona con un desconocido que se parece increíblemente a su marido fallecido [Ed Harris].

La cinta presenta un esquema similar al que ya vimos en «Vértigo», de Alfred Hitchcock, pero en este caso la poseedora del secreto -y quien intenta cambiar al hombre para adaptar su imagen a la del difunto- es la protagonista femenina. «Sé qué hay algunos aspectos de la historia parecidos a “Vértigo”», reconocía Bening durante su charla con ABC. «Pero ¿qué significa tener un estilo parecido a Hitchcock? ¿Compartir un mismo sentido de la realidad? Nuestra película no está rodada de una forma poco convencional, así que lo único que me preocupó fue el punto de vista de mi personaje».

«Los premios son bonitos, pero el puro trabajo es lo que me interesa cada vez más»La charla con la intérprete tenía lugar en el hotel María Cristina de la capital donostiarra. La última vez que lo pisó no había ganado ningún Oscar, y en 2013 esa situación se mantiene invariable. ¿Cree que lo merece tras cuatro nominaciones? «No», aseguraba riendo. «Mi relación con los premios ha cambiado a lo largo del tiempo. La primera vez que estuve relacionada con los Oscar fue hace 23 años, era un mundo completamente diferente, ahora hay mucho más ruido mediático. Esa parte de los premios es un poco angustiosa y desasosegante. Los premios son bonitos, el reconocimiento es fantástico y la sensación es realmente buena, pero no son tan importantes como el puro trabajo. Eso es lo que me interesa cada vez más». Annette Bening decía sentirse afortunada por no tener que comenzar su carrera en la era de internet: «Si estás empezando y te lanzas a ese huracán de atención pública puede ser muy complicado».

Sus papeles en «American Beauty» o «Los chicos están bien» nos devolvieron la imagen de una mujer fuerte frente a los contratiempos, y en «La mirada del amor» -dirigida por Arie Posin- el personaje de Nikki también persigue a su enamorado de forma obstinada, hasta la extenuación. «Me gusta que no sea la primera vez que mi personaje se enamora, y que su amor esté mezclado con el luto. La película comienza con la muerte del marido, sabes que lo ha perdido, así que te das cuenta de que no es alguien que se vaya a enamorar a la ligera. Eso es lo que me gusta de la historia. El luto y el enamoramiento loco se convierten en la misma cosa, son dos caras de la misma moneda», explicaba.

«Quizá a medida que avanza la trama se vuelve más irracional, pero no creo que la mujer a la que interpreto esté loca. Primero ve a ese hombre, después lo persigue, y lo encuentra, y se enfrenta a él, y esa experiencia se convierte para ella casi en una droga. Es como beber un elixir mágico que le abre los ojos».

Acostumbrada a la fama

«Obama ha mantenido su personalidad y ha lidiado con las guerras del pasado»Annette Bening, que aún tiene a dos de sus cuatro hijos viviendo en casa -otros dos ya van a la Universidad- apuntaba que no le gusta dar su opinión en público sobre cada asunto que salta a la actualidad, aunque no evitaba defender a la Administración Obama cuando le preguntábamos si se sentía decepcionada con el presidente: «Creo que estamos en una situación muy difícil, que es el resultado de muchas guerras. Y con todo lo que está pasando en el mundo ha mantenido su propia personalidad y ha lidiado con las guerras del pasado. Es muy duro para todos asistir a lo que está pasando en Siria y que no se te rompa el corazón por la gente que vive allí. Eso es todo lo que quiero decir», concluía.

La actriz, que forma parte de la dirección de la Academia de Hollywood, está muy interesada en el cine que se produce fuera de las fronteras de Estados Unidos, como el iraní o el palestino: «Tenemos la suerte de ver muchas películas extranjeras en nuestro país, no todas, pero sí la mayoría».

¿Y cómo vive la fama en casa? ¿El enfrentamiento diario, en la calle, con los fans que la reconocen y la saludan? «La mayor parte del tiempo las reacciones son realmente positivas», explicaba. «Mucha gente no me reconoce por la calle, y si lo hacen es para ser amables. No es algo intrusivo, de hecho trato de ignorarlo. Algunas veces he deseado ser anónima, pero ahora ya no me preocupa tanto. Estoy más acostumbrada a que me vean y me reconozcan, mi vida no se para».

Dice Bening que recuerda con mucho cariño los días que pasó en San Sebastián en septiembre de 2004, cuando le concedieron el premio Donostia; que casi no llegó a la ceremonia de entrega porque estaba «comiendo y bebiendo» por las calles de la ciudad. «¡Es tan divertido! Aquí hay alegría, amor por el cine y ¡conocimiento sobre el cine! ¡Nunca pensé que se pensara tan bien de mí!». Para terminar, contaba que siempre que ha venido a España le habría gustado quedarse más días, pero que las obligaciones familiares le hacen regresar a casa cuanto antes.

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