Nacho Vigalondo: «Me gustaría no tener que rodar en inglés nunca»
El director de la esperada película «Open Windows» hace «un break» para presentar un nuevo corto, «Carlota»
isabel miranda
El director Nacho Vigalondo (1997) hizo este miércoles una pausa para beber cerveza. Sí, pero con la excusa de estrenar un corto. Aunque muchos esperan ansiosos su nueva película —que ya debería haber estado terminada— «Open Windows » y que le ha llevado a trabajar ... con Elijah Wood y Shasha Grey, el que fuera nominado a los Óscar en 2004 se permitió un pequeño respiro. Para hablar de amor con «Carlota». [ Vea aquí el vídeo ]
—Me han dicho que el corto es su visión del amor…
—Bueno, si es mi visión del amor estoy jodido (risas).
—Cuénteme un poco de «Carlota»
—La propuesta vino de la cerveza Brabante y, por una vez, no tenía que ver con una imagen de marca muy rígida. Era el «amor según…». No me resultó difícil llegar a una idea que les podía convencer y reconozco que estoy muy contento con el resultado. Hay veces que uno hace un corto y la relación tiene después es más crítica o te lleva a la reflexión de por qué has hecho determinadas cosas… pero en este caso estoy emocionado por el resultado.
—¿Está más cómodo haciendo cortos que largometrajes?
—No, la verdad es que para mí la única diferencia es el formato. El largometraje te da cosas que no te da el corto y viceversa. El corto te da inmediatez. Hacer largometrajes me encanta, pero los tiempos que marca la producción me parecen una tortura, es la cosa que peor me sienta de todas las labores que implica hacer cine. Odio esperar. Si veo todo lo que he hecho desde «Los Cronocrímenes», que han pasado seis años, veo que he hecho poco para lo que yo quisiera hacer.
—Está preparando ahora el tercer largometraje y quizá sepa a poco
—A título personal, yo lo considero un fracaso, no haber hecho más cosas en menos tiempo. Porque el cine que yo hago no debe exigir el tiempo que me acaba tomando. Me gustaría el modelo de producción de Woody Allen y hacer una película pequeña al año. Pero tampoco puedo dejar de celebrar que me surjan oportunidades como esta, hacer un corto, enseñarlo y poder pensar en otra cosa que no sea «Open Windows». Llevo desde enero postproduciéndola. Poder pensar en otra cosa, eso ya son vacaciones.
—Aparece en el tráiler de «Open Windows», ¿le gusta hacer cameos dentro de sus propias películas?
—No, en absoluto. De hecho, cuando veáis el tipo de papel que hago en la película entenderéis que mi presencia es un chiste dentro de la película. Y entenderéis que tiene que ver con mi labor como director. De hecho en el trailer se puede ver que mi nombre ficticio en la pelicula es «Richi Gabilondo».
—Está en proceso de postproduccion y sin fecha aún para el estreno…
—Sabemos que se estrena el año que viene (muy mal se nos tendría que dar), pero no sabemos más. No tenemos un festival al que ir y estamos en mitad del meollo. Originalmente, deberíamos haber tenido la película terminada para este verano.
—¿Por qué rodarla en inglés?
—Es tan sencillo como que hay un tipo de películas que necesitan confiar en el mercado internacional para recibir beneficios y el mercado extranjero es muy severo con el idioma. En EE.UU. ver cine de fuera todavía es una cricunstancia más especializada que aquí, porque protegen mucho el lenguaje. Hacer una película en español no conlleva un beneficio inmediato en el mercado. Sin embargo, y esa es la gran paradoja, hacer una película en inglés, y más si es de un perfil como el de la nuestra, puede ayudar a ganarse el mercado español. Y ya fuera ni le cuento.
—Pero también ha habido películas en español que han triunfado fuera sin problema…
—Ahora mismo, si hablamos de cine de género, en español habría que remontarse a «El Laberinto del Fauno». Y son casos únicos, extraordinarios. Mucho tengo que confiar en mí para pensar que mi película va a funcionar así.
—¿No confía en sí mismo?
—Digamos que tengo que aprender a confiar en mí mucho más de lo que lo hago. Pero de todas formas, la película es una coproducción entre Francia y España. Sellos comos Wild Bunch quieren rodar en inglés. Digamos que es una imposición por parte de ellos. Y tengo que confesar que, aunque entiendo los beneficios que tiene rodar en inglés, me gustaría no tener que rodar en inglés nunca. Hice «Extraterreste» como un intento de ver si era posible establecer un «chiringuito» en España, producir cosas pequeñas con cierta agilidad y soltura. Pero no funcionó. Así que, muy a mi pesar, estoy rodando en inglés.
—Si tuviera una cámara rodando cuando está dirigiendo, ¿qué tipo de película sería? Un thriller, una comedia, una historia de amor...
—Acepto todos los géneros menos el drama y el terror. Pongo mucho empeño en que sea una buena experiencia.
—Pero si tuviera que concretar…
—Quiero que sea una dulce comedia costumbrista. Siendo honesto, como mucho yo puedo juzgar mis intenciones.
—¿Qué limitaciones tiene como director?
—Por el momento estoy muy contento con las películas que he hecho. Para bien o para mal, han sido lo que yo quería, y si hay algo que no le gusta en mis películas, es por culpa mía. Quizá mi limitación está más en lo que no he hecho. Por ejemplo, aún no he sido capaz de reflejar cuestiones sociales, aunque me gustaría, pero no he querido quizá porque no me he atrevido.
—Sé que se lo han preguntado antes y que dice que sí y luego matiza su respuesta, pero tengo que insistir. ¿Es masa enfurercida?
—Por supuesto que soy masa enfurecida....
—[Cortándole] ¡Ya está! ¡No diga más!
—(Risas) Cada vez que me preguntan por un perfil falso, siempre digo que sí, lo siento mucho.
—Lo ha vuelto a hacer...
—Tengo más de tres perfiles falsos en internet, y eso ya es demasiada información.
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