Hazte premium Hazte premium

El sueldo de las estrellas pone en duda la política de subvenciones del cine francés

Las películas son generosamente ayudadas con el dinero que pagan los grandes éxitos internacionales

El sueldo de las estrellas pone en duda la política de subvenciones del cine francés reuters

juan pedro quiñonero

El aleatorio sueldo de los actores franceses ha desenterrado una polémica de fondo sobre los efectos perversos de una subvenciones de Estado pagadas con las tasas e impuestos cobrados a los grandes éxitos internacionales para financiar una industria nacional que beneficia a las «estrellas» sin salvar la suerte de la inmensa mayoría.

Abrió el fuego el productor Vincent Maraval , con un artículo publicado en «Le Monde», en el que se afirmaba: «Los actores franceses cobran demasiado, para realizar películas demasiado caras. Se trata de una excepción cultural. El cine francés tiene diez veces menos ingresos que el cine norteamericano, pero sus actores tienen salarios cinco veces más altos».

Jérôme Clément , expresidente del Centro Nacional de Cinematografía y Arte , respondió a Maraval matizando cifras «avanzadas a la ligera»: «Solo se puede comparar lo que es comparable. Una película media francesa tiene un coste tres veces inferior a sus equivalentes norteamericanas independientes. El coste medio de una película americana “normal” es cinco o seis veces superior a su equivalente francés».

Maraval y Clément parten de un desacuerdo de fondo. A juicio del productor, una película «media» cuesta en Francia unos 5,4 millones de euros, mientras que una película «independiente» cuesta en los Estados Unidos unos 3 millones de euros. El ex presidente del Centro Nacional de Cinematografía y Arte afirma lo contrario: una película norteamericana «normal» tiene o un presupuesto cinco o seis veces superior.

Para los actores, las muy oficiales y frías estadísticas del Instituto Nacional de Estadísticas Económicas recuerdan una realidad poco brillante. Entre los 21.000 actores franceses, la media gana menos de 4.500 euros mensuales. Y una gran mayoría apenas gana 2.000 euros mensuales.

El bien «pagao»

Las grandes personalidades pueden ganar fortunas, sin duda. Gérard Depardieu cobra no menos de un millón de euros por película. Sin contrar los «extras» de cada contrato. El actor más popular de Francia, Omar Sy ( «Intocable» ), ganó el año pasado 2,29 millones de euros.

El actor francés mejor pagado, Dany Boon , ganó el 2012 un poco más de 7,5 millones de euros. Actores más o menos conocidos fuera de Francia, como Benoît Poelvoorde, Daniel Auteuil , Valérie Lemercier, Vicent Lindon, Jamel Debbouze, Florece Foresti, Isabelle Huppert , ganaron el año pasado entre 750.000 y 1,5 millones de euros.

Como ocurre en otros países, el salario de cada actor solo es una parte de sus ingresos reales. Jamel Debbouze, por ejemplo, llegó a ganar más que Depardieu con motivo de su participación en una película de la serie Astérix.

Grandes figuras como Belmondo, Alain Delon o Catherine Deneuve, escapan a los salarios convencionales. Sus salarios por película -cuando trabajan- están sujetos y cláusulas muy particulares.

Afirmando que los actores franceses «ganan demasiado», agravando el caso de una cinematografía nacional muy subvencionada, el productor Vicent Maraval puso en evidencia algunos problemas de fondo que el crítico e historiador Jean-Michel Frodon resume de este modo: «La fiscalidad y política de subvenciones tiene muchas ventajas, pero también tiene efectos perversos: hay una producción excesiva de películas, en detrimento de la calidad. Esa inflacción de malas películas es un espejismo perverso».

Cine nada rentable

Entre las 293 películas francesas producidas el 2011, solo una ínfima minoría fueron rentables durante su explotación en los cines «tradicionales». Y solo una parte del resto llegaron a ser rentables a través de la explotación vía otros medios (CD, TV, etcétera).

Una inmensa mayoría de las películas francesas tienen una cota de mercado muy modesta. En 2010, el 41 por ciento del mercado nacional estaba concentrado en solo diez películas. Mientras que un centenar de películas tuvieron un éxito modestísimo.

La mecánica «perversa» denunciada por Frodon tiene una explicación muy simple... El Estado francés cobra impuestos a las películas extranjeras que tienen éxito. A mayor éxito, mayores impuestos. Esa fiscalidad «confiscatoria» es «redistribuida» por el Estado para financiar el cine nacional, muy subvencionado. Los productores y actores nacionales que mejor se «adaptan» a ese modelo son los que mayores subvenciones reciben. De ahí, quizá, una relativa «inflacción» de salarios, de los que se benefician esencialmente productores y «estrellas», en detrimento de la calidad y la inmensa mayoría del sector.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación