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Paul McCarthy derriba los mitos «made in USA»

El provocador artista norteamericano, que estuvo 30 años sin pintar, exhibe en la Fundación Gaspar de Barcelona 13 pinturas, 31 dibujos y un vídeo inédito

Paul McCarthy, ayer en la exposición junto a una de sus obras EFE

EFE

Las góticas paredes del Palau Cervelló de Barcelon a, donde se ubica la Fundación Gaspar , acogen dos de los proyectos más recientes del transgresor artista norteamericano Paul McCarthy : «Stagecoach» y «White Snow», centrados en los mitos de «La Diligencia», de John Ford , y en la «Blancanieves», de Walt Disney . Hasta el próximo día 16 de julio, quien se acerque hasta el edificio de la calle Montcada podrá descubrir 13 pinturas y 31 dibujos de estas series, donde hay una crítica más que explícita a la mitología norteamericana contemporánea, basada en iconos y narraciones populares.

También se exhibe un vídeo inédito , de unos 35 minutos de duración, a partir de imágenes tomadas con su iPhone , para crear su particular «Diligencia», con personajes desnudos en algunas de sus escenas, en medio de paisajes que remiten al Oeste americano.

Acompañado por el responsable de la Fundación Gaspar, Moishan Gaspar, el dibujante y pintor de Salt Lake City comenta que le gusta desde siempre trabajar con «referencias icónicas» de su país y confrontarlas entre ellas, a la vez que reflexiona sobre cuestiones como el cuerpo, la violencia o el patriarcado.

Después de más de treinta años sin pintar , Paul McCarthy volvió a la «viscosidad» de la pintura para plasmar en grandes lienzos su visión de una película como «La Diligencia», con John Wayne de protagonista, que es lo que ahora se expone en Barcelona.

Violencia, cine y fama

«Me interesa mucho la violencia y la representación de la violencia, reflexionar sobre qué es la violencia real y qué es la construcción de esa violencia», precisa. Como es habitual en sus obras, que nunca dejan indiferente e incluso llegan a perturbar, en esta serie hay escenas de sexo explícito y otras marcadamente escatológicas.

Aunque se considera primordialmente un dibujante, siempre va con un lápiz en el bolsillo, tras estar treinta años sin tocar los pinceles. Hacia 2013 volvió a ponerse ante grandes lienzos , en un taller en el que necesita estar solo para trabajar en estos lienzos que cuelga en varias paredes, mientras que de joven pintaba encima de una mesa o en el suelo. Son obras que le han servido para reflexionar sobre las «falsas apariencias» en ámbitos como el cine y la fama .

Confiesa McCarthy que, para ejecutar mejor ambas series, se convierte en un «personaje» de las mismas y así puede conseguir momentos que de otra manera sería imposible. En el caso de «White Snow» optó por convertirse en una suerte de «amalgama» entre él y Walt Disney, con lo que su personaje en esa serie fue el de Walt Paul. Deja claro que estos cuentos de hadas o películas como «La Diligencia» son solo vehículos, la excusa que utiliza para explorar cuestiones «profundas» como su propia posición en el mundo.

Asegur a no estar interesado «solo en provocar , sino que temas como el sexo, la degradación o la podredumbre los exploro para intentar llegar a algunas conclusiones sobre cómo nos relacionamos con todos ellos». Preguntado sobre si ha vivido en su piel la censura, McCarthy se ha limitado a pronunciar un elocuente: «Yeah». Cuando se le pregunta por la polémica que provocó en la plaza Vendôme de París su ambiguo «Tree» , una escultura en la que muchos vieron, en lugar de un árbol, un gigantesco juguete sexual, dice que no se lo esperaba, aunque ha reconocido que sabía que era «controvertido».

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