Hazte premium Hazte premium

Atribuyen a Goya un cuadro sin firma adquirido por el Museo de Zaragoza en 1925

Un minucioso trabajo de restauración ha revelado que «El éxtasis de San Antonio Abad» es obra del maestro de Fuendetodos

«El éxtasis de San Antonio Abad», obra atribuida a Francisco de Goya MUSEO DE ZARAGOZA

R. PÉREZ

La restauración de un cuadro sin firma adquirido en el año 1925 por el Museo de Zaragoza , «El éxtasis de San Antonio Abad» o «Muerte de San Antonio Abad», ha permitido desvelar que fue realizado por Francisco de Goya . Al menos así lo han determinado los especialistas que han llevado a cabo esta restauración, dirigida por Manuela Mena, conservadora del Museo del Prado y especialista en la obra de Goya .

Durante décadas, esta pintura permaneció guardada en el Museo de Zaragoza sin conocer su auténtico valor. No se sabía a ciencia cierta quién había realizado el cuadro, aunque durante años la tesis que había tomado más fuerza es que hubiera sido obra de Francisco Bayeu, cuñado de Goya.

El lienzo fue enviado al Museo del Prado para ser restaurado y estudiado. Y esa restauración es la que ha ido desvelando detalles técnicos que, según el equipo de Manuela Mena, permite atribuir la obra a Francisco de Goya.

La restauradora Almudena Sánchez ha afirmado que han aflorado detalles pictóricos «de altísima calidad» y singulares de la obra del genio de Fuendetodos. «Esta restauración ha devuelto a la obra su imagen original, revelando bajo los viejos barnices una gran variedad de recursos pictóricos característicos de la técnica de Goya, de altísima calidad, que ahora podemos ver y apreciar al contemplar la pintura tal y como fue concebida por el artista», ha explicado Almudena Sánchez.

«El éxtasis de San Antonio Abad» o «Muerte de San Antonio Abad» es una copia con variantes de una pintura realizada entre 1741 y 1742 por Giaquinto Corrado para la iglesia de San Giovani Calibita, situada en Roma. En ella se representa a San Antonio Abad en éxtasis momentos antes de su muerte.

El santo anacoreta está en un lugar apartado sentado sobre una roca al atardecer, extasiado por la aparición del ángel mancebo que con su mano izquierda señala al cielo. A los pies del santo hay un cuenco para beber agua, un libro abierto y una calavera sobre otro libro cerrado, símbolos de ascetismo y penitencia.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación