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El Salón del Manga viaja de la devastación nuclear a la pasión japonesa por Gaudí

La arquitectura y el 70 aniversario de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, ejes centrales de la XXI edición de la cita barcelonesa

El Salón del Manga viaja de la devastación nuclear a la pasión japonesa por Gaudí abc

david morán

Está la arquitectura y la pasión desmedida de los japoneses por Gaudí -busquen a Hiroya Tanaka y sus planos obsesivamente minuciosos de los edificios del genio modernista-, sí, pero también los ecos de la devastación nuclear en la cultura nipona, el universo del sake y sus múltiples variedades o el treinta aniversario de ese icónico fontanero bigotudo que responde al nombre de Mario.

Los reclamos son muchos y variados, y lo mismo da seguir los pasos de Keiji Nakazawa y su demoledor relato del bombardeo de Hiroshima que descubrir la peculiar relación de «Star Wars» con Japón o maravillarse ante la maqueta de Shibuya y el Yoygi Park que completa la exposición dedicada a los paisajes urbanos en el manga: al final todo empieza y acaba en el Salón del Manga de Barcelona, espacio de culto y celebración de la cultura japonesa que, entre el 29 de octubre y el 1 de noviembre, exhibirá una vez más su habilidad a la hora de trascender los márgenes del manga, el anime y alrededores.

Así, con la voluntad de abarcar «la cultura japonesa en su sentido más amplio», el salón sigue ganando espacio -de los 50.000 metros cuadrados de 2014 a los 60.000 de 2015- y abriendo plano para repartir el protagonismo entre gastronomía, tradición, espiritualidad e ilustración. El manga seguirá marcando el guión y estará representado por autores como Io Sakisaka, Inio Asano o Tsueno Sanda, pero tendrá que compartir cartel con el relato de Sadae Kasaoka, una de las supervivientes del bombardeo de Hiroshima, o con las experiencias de Etsuro Sotoo, escultor de la Sagrada Familia desde 1978. Y todo eso sin contar con la zona de gastronomía, el peso cada vez más creciente del cosplay, que contará este año con pabellón propio, y los talleres de manga impulsados por la Escola Joso.

Las exposiciones, otro de los pilares del salón, también ganan amplitud de miras y, además de explorar el papel de la arquitectura en el manga o conmemorar el 70 aniversario de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki alternando páginas de Nakazawa y Yoshihiro Tatsumi y plafones informativos del Hiroshima Peace Memorial Museum, abordan desde la importancia del sake en la cultura japonesa a las ilustraciones bélicas de «El Cantar de Heike» pasando por el origen casi opuesto del dragón en las culturas oriental y occidental. A falta de originales -sí que se podrán ver algunos de los primeros esbozos de la creación de «Super Mario Bros»-, el salón sí que exhibirá una completa selección de «shikishi» , láminas de papel de arroz en la que los mangakas estampan su firma o realizan pequeñas ilustraciones dedicadas.

En total, el Salón del Manga contará con 173 expositores, un 15% más que el año pasado, y espera superar los 130.000 asistentes que pasaron por el recinto Ferial de Montjuïc el año pasado. De momento, las entradas para el sábado ya se han agotado y las del domingo están a punto de seguir el mismo camino.

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