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Después de 50 años, vuelve a Pompeya para devolver una escultura robada

La turista canadiense, que estaba en luna de miel en junio de 1964 cuando robó el resto arqueológico, confiesa en lágrimas a los carabineros: «Ahora puedo dormir tranquila»

Después de 50 años, vuelve a Pompeya para devolver una escultura robada Abc

ángel gómez fuentes

Mientras estaba en luna de miel en Italia, el 29 de junio 1964, una turista canadiense robó en las excavaciones de Pompeya un resto arqueológico, concretamente una antefija en terracota, una escultura de pequeño tamaño del siglo I d. C. que adornaba el llamado «Quadriportico dei Teatri». El gesto la ha perseguido durante 50 años, no dejándola dormir en paz.

A distancia de medio siglo de aquel robo realizado en una jornada romántica, la turista canadiense de nombre Lisa, hoy viuda, se ha presentado en Pompeya para restituir el resto arqueológico robado, declarando en lágrimas a los carabineros: «Finalmente puedo dormir tranquila; me he liberado de un peso que con la edad se hacía cada día más insoportable para mi conciencia; gracias a todos».

Salvoconducto internacional

La señora Lisa envió hace unas semanas un correo electrónico a la superintendencia de Pompeya, en el que se autodenunciaba y pedía indicaciones para poder restituir el objeto. Los funcionarios indagaron y comprobaron la autenticidad de la singular historia. Para hacerla viajar y que no fuera interceptada en las aduanas con un resto arqueológicos robado, desde Pompeya se le envió una especie de salvoconducto internacional y las modalidades para la entrega de la terracota. De esta forma, la señora Lisa, de origen napolitano, partió de Montreal con su preciada «reliquia» pompeyana. La antefija, que se presenta en perfecto estado de conservación, será colocada en su sede original como elemento decorativo. La turista canadiense podrá volver a casa en paz consigo misma.

«Momento emotivo»

El caso ha llenado también de satisfacción a los carabineros del Nucleo que tutela el patrimonio cultural de Nápoles , cuyo capitán ha confesado: «Fue un momento emotivo». No es un caso aislado. Personas que en el pasado robaron restos arqueológicos de Pompeya terminaron por devolverlos, en ocasiones porque asociaban el objeto robado con males o desgracias personales. El último caso de restitución de un robo se produjo poco antes del verano, según relata el capitán de los carabineros: «Un anónimo envió a la superintendencia de Pompeya en un paquete por correo un trozo de fresco que había robado». El anónimo ladrón seguramente ahora también duerme en paz, como la señora Lisa de Canadá.

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