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Guerrilla Girls en Bilbao: «Dentro de 50 años nadie será feminista»

El centro cultural La Alhóndiga acoge hasta el 19 de enero una retrospectiva sobre el célebre colectivo feminista

Guerrilla Girls en Bilbao: «Dentro de 50 años nadie será feminista» ignacio pérez

ITZIAR REYERO

Desde que en 1985 protestaran ante las puertas del Metropolitan Museum de Nueva York con su mítico cartel «¿Tenemos que desnudarnos para entrar en el Met?», las integrantes del colectivo feminista Guerrilla Girls no han dejado de gritarle al mundo del arte su «mala conciencia» por desterrar a la mujer artista del circuito.

Cartas que caricaturizan a los galeristas estrella, carteles donde asoman las vergüenzas de las grandes instituciones -museos, casas de subastas, Hollywood- con pobrísimas cifras de presencia femenina... La crítica mordaz de este grupo activista ha irrumpido de lleno en el centro cultural la Alhóndiga de Bilbao , que dirige Lourdes Fernández, en una retrospectiva única -y gratuita- hasta el 19 de enero.

Detrás de la máscara de gorila que protege su anonimato, la carismática fundadora del grupo, Frida Kahlo -nombre reivindicativo-, atiende a ABC. Pese al agresivo gesto de la careta acolmillada, sus ojos azules endurecidos por las casi tres décadas de activismo delatan su pasión por la «lucha» feminista.

-¿Quién es usted? ¿Por qué lleva esa máscara?

-Mi nombre es Frida Kahlo y soy una de las fundadoras de las Guerrilla Girls. Decidimos en 1985 protestar contra el mundo del arte de manera anónima. Lo hicimos para proteger nuestras carreras profesionales, pero también nos dimos cuenta de que era muy importante desde el punto de vista del posicionamiento político, porque así se alejaba el foco de atención de nuestras personalidades y se entraba más en los temas sobre los que queremos llamar la atención. La máscara se ha convertido en parte de nuestra marca y de nuestra masculinidad.

-¿Pero encerrarse en el anonimato no es la primera forma de autodiscriminación?

-Hay muchas formas de entender el anonimato y, para nosotras, la cultura americana, las manifestaciones y protestas anónimas siempre han sido protegidas, es parte de nuestra cultura histórica: proteger tu identidad y así decirle al mundo lo que quieres. Jugamos también con ese estereotipo.

-Insisto, el mensaje es más potente, pero renuncian a su individualidad…

-Bueno, creo que es su opinión. Lo siento. Y por eso estamos aquí hablando. Es parte del discurso social que hacemos.

Evolución de la discriminación

-¿Ha mejorado la situación de la mujer desde 1985?

-Sí ha mejorado para las mujeres y los artistas de color. Pero si trabajas en el movimiento de los derechos civiles, siempre vas tres pasos adelante y dos para atrás. La calidad de la discriminación cambia con las generaciones. Cuando empezamos, en 1985, los museos y galerías simplemente no hacían exposiciones únicas sobre mujeres artistas, decían que no eran lo suficientemente buenas… Ahora hay más desnudos masculinos. ¿Es eso igualdad? Lamentablemente, la evolución no siempre va hacia donde uno desea. Nosotros hemos dejado claro que no puedes abordar la historia de la cultura si no cuentas con todas las partes, y las mujeres somos parte fundamental de la cultura.

Hay un techo de cristal. Muy pocas veces se organizan retrospectivas de mujeres artistas en los grandes museos o se cuenta con una mujer como directora. Y las estadísticas dicen que en el mundo del arte es todavía peor. A las mujeres artistas no se les paga lo mismo por sus obras que a los hombres artistas. No es tan fácil para ellas competir en el mundo del arte, porque no tienen los mismos medios para producir. Si vas a una subasta y comparas una mujer y un hombre artista, ellas valen como una décima parte.

-¿Pero no buscan cuotas, verdad?

-Bueno, nos gustaría que el mundo del arte y el museístico representaran realmente la cultura como debiera. ¿Cómo es posible que más del 50% de los que se gradúan en la escuela de arte sean mujeres y solo están representadas en un 10% o un 15% como mucho en los museos de arte contemporáneo? ¿Para qué educa un sistema cultural a la mujer en el mundo del arte si luego no le da ninguna oportunidad?

-¿Cree que una chica que empieza hoy Bellas Artes siente que no tiene las mismas oportunidades que ellos? Yo lo dudo.

-¿Ha hecho Bellas Artes?

-No.

-Pues puede hablar con muchas jóvenes que piensan que el mundo está a sus pies y mira lo que ocurre con ellas diez años después. Hago la pregunta correcta: ¿Por qué se educa a la mujer como artista y, luego, cuántas trabajan en los museos de arte contemporáneo? Nos gustaría hacer esa pregunta y escuchar las distintas respuestas.

-¿Cómo puede una joven artista formar parte de su grupo? ¿Cuántas Guerrilla Girls son?

-Tenemos muchos secretos. Y uno es el tamaño del grupo. En 28 años, más de cincuenta mujeres han formado parte y luego han dejado el grupo, han participado algunos años… Yo estoy desde el principio. Es muy variado. Pero, honestamente, el tipo de trabajo que hacemos no se puede hacer con demasiada gente, no puedes escribir un libro o una comedia entre 27. Hay muchas opiniones. La mala noticia es que es muy difícil que en el grupo entre cualquiera que desea ser una Guerrilla Girl. No somos una empresa de contratación. Pero la buena noticia es que no nos necesitan a nosotras, pueden crear sus propios grupos, con propuestas que pueden ser tan locas como la nuestra y hacer cosas parecidas. Pensamos que estamos en el lado correcto de la Historia, y dentro de cincuenta años nadie más estará hablando de esto. Y para llegar a ello necesitamos más grupos feministas.

-¿Aceptan a hombres en su grupo?

-Empezamos como grupo íntegramente femenino. Debíamos ejercer como grupo propio. Pero las cosas han cambiado. Ahora hay muchos hombres feministas. Y en teoría debería haber más hombres en el grupo, pero el núcleo duro lo formamos biológicamente mujeres. También hay muchos gays, lesbianas o transexuales que nos apoyan y querrían ser Guerrilla Girls.

A base de contribuciones

-¿Quién les financia?

-Al principio pusimos dinero nosotras, hicimos pósters muy baratos que colgábamos en las calles, salíamos por la noche y los poníamos en el espacio público. Pero rápidamente empezamos a recibir contribuciones, especialmente de mujeres artistas con exposiciones de éxito. Una vez incluso nos llegó una carta de una mujer que trabajaba para una de esas galerías que habíamos denunciado, y nos dio 25 dólares. Y ahora tenemos pequeñas tiendecitas donde vendemos camisetas, libros, carteles, organizamos conferencias, presentaciones, talleres, vamos a Institutos... También algunas artistas, por ejemplo, nos aportan una pequeña tarifa para hacer nuestras exposiciones. Pero no entramos en el sistema normal del arte, no vamos a galerías.

-¿Alguna mujer poderosa del mundo del arte se ha enfrentado a ustedes?

-No en público. Sería interesante escucharlas. Hubo un momento en el arte contemporáneo americano en el que las mujeres artistas tenían que hacer que eran como los chicos para salir adelante. Al principio del siglo XX, algunas cambiaban de nombre para parecer más masculinas porque era la forma de tener éxito. Se ha evolucionado ya… Ahora ser mujer es algo de lo que no tienes que avergonzarte.

-¿Debe estar preocupado el director del museo Guggenheim de Bilbao porque están ustedes por aquí?

-Nosotras contamos.

-¿Cómo?

-Allá donde vamos, contamos el número de mujeres artistas que hay. ¡O sea que sí! Siempre hacemos este recuento, vamos a contar. Así que quizá el director del Guggenheim va a exponer ahora a mujeres artistas… Sabemos que en su colección no hay muchas obras de mujeres. ¡Todos los museos deben tenernos miedo!

Una forma de arte

-¿No son en sí mismas las Guerrilla Girl una forma de arte?

-¿Si hicimos esto pensando que se iba a mostrar en el museo? Empezamos porque era necesario transmitir este mensaje, pero si al final alguien nos considera artistas, pues muy bien. No cambia lo que hacemos. Pensamos más en el mensaje que en cómo lo presentamos. Incluso nuestros proyectos no son únicos, se pueden reproducir, se pueden mandar a cualquier sitio. Es el público el que debe decir si es arte, no nosotras.

-Se consideran la conciencia del mundo del arte. ¿No es pretencioso?

-¡Sí, totalmente! (risotada) Por eso lo hacemos.

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