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El retorno de la peseta: la Historia de España, a través de sus billetes, con ABC

Este domingo, por solo un euro, primera entrega: libro más un sobre con 4 billetes

Billete de 5000 pesetas con la imagen del Rey Don Juan Carlos
César Cervera

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Los días finales de la peseta tuvieron un sabor amargo. La llegada del todopoderoso euro desplazó a la moneda patria del mismo modo que el ferrocarril atropelló al Viejo Oeste o el muñeco del astronauta sustituyó al vaquero en la cinematográfica « Toy Story ». La peseta, que llevaba en la vida de los españoles desde 1868, se convirtió de la noche a la mañana en una pieza de museo. Un objeto en desuso que sigue apareciendo hoy en el fondo de los tarros y sirve, si acaso, para decorar imágenes de San Pancracio . Con ella murieron miles de anécdotas y piezas curiosas que, en parte, recupera ABC con una colección de 159 billetes de pesetas que marcaron la Historia de España a lo largo de más de un siglo.

El 19 de octubre 1868 se estableció en España un nuevo sistema monetario con el fin de adecuarse a la Unión Monetaria Latina y poner orden al perfecto caos en el que convivían noventa tipos de monedas. Su nombre era el de peseta, en referencia probablemente al diminutivo medieval de « pesseta » (piececita), ya empleado en el siglo XIV para denominar a pequeñas monedas de plata. Otros investigadores le atribuyen su origen a la palabra francesa « piecette » o a la italiana « pezzeta ». No en vano, el archiduque Carlos de Austria, pretendiente del trono español, utilizó Cataluña como centro de sus operaciones militares durante la Guerra de Sucesión (1701-1714) y allí acuñó una gran cantidad de monedas de dos reales de plata a las que el pueblo designó como «peceta». La Barcelona ocupada por las tropas francesas de Napoleón también empleó una moneda con este nombre.

«Peseteros»

A mediados del siglo XIX, la Reina de España Isabel II recuperó esta denominación para las monedas con las que pagó a las tropas que lucharon en contra del pretendiente carlista. Quienes recibieron estas monedas fueron llamados «peseteros», sinónimo hoy de tacaños. La primera peseta de curso legal se acuñó, no obstante, tras la Revolución Gloriosa de 1868 que mandó al exilio a Isabel. Un año después de que se publicara el decreto apareció una moneda con 835 milésimas de plata y 5 gramos de peso que no incluía la palabra España en ningún lado y hacía referencia al « Gobierno Provisional ». Su diseño reprodujo las monedas que el emperador Adriano había instaurado con la antigua diosa Hispania (con una corona y una rama de olivo en una mano) ya en tiempos del Imperio romano. La matrona de la Península Ibérica aparecía en esta primera peseta recostada sobre los Pirineos , con el Peñón de Gibraltar a sus pies.

Hasta 1874 no tuvo lugar la primera emisión de papel moneda coincidiendo con la concesión al Banco de España de la exclusividad del derecho a imprimir billetes. A lo largo de 134 años de historia se emitieron 159 billetes, con valores desde los 50 céntimos a las 10.000 pesetas. No solamente en España y Andorra circularon legalmente monedas y billetes con la denominación peseta, pues tanto en Guinea Ecuatorial como en la República Árabe Saharaui también se usó el nombre de peseta. En Puerto Rico , a las monedas de veinticinco centavos se las sigue denominaba popularmente así.

Durante la Guerra Civil Española , la moneda y la economía del país se desplomaron. El Banco de España tuvo que imprimir billetes de valores menores, tales como 50 céntimos, uno, dos, tres y diez pesetas, debido a la imposibilidad de comprar metales. Y es así como nació el apodo de las rubias, al cambiarse el metal de la peseta por una aleación de cuproníquel de color dorado. La imaginación popular otorgó el color rubio a la larga melena del retrato femenino que aparecía representando a Hispania. En paralelo, el Gobierno de Burgos se negó a reconocer la legalidad de las emisiones anteriores al 18 de julio de 1936, estableciendo que los billetes fueran presentados por los particulares para ser revalidados.

La peseta dijo adiós al uso diario el 28 de febrero de 2002, después de dos meses de convivencia junto al, por entonces, pujante euro. Desde aquel día no se puede pagar en pesetas, pero los ciudadanos no olvidaron a su querida «rubia» y a su legión de billetes.

Cómo conseguir esta colección única

Esta colección única reúne los 159 billetes de peseta emitidos, impresos en papel moneda con efecto carteo. Este domingo ABC ofrece a sus lectores la primera entrega por solo un euro: incluye el libro y un sobre con 4 billetes (los que aparecen arriba en esta misma página). Cada sábado y domingo habrá una nueva entrega de un sobre con 4 billetes por 1,99 euros.

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