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«Casa Árabe es hoy más útil que nunca»

La institución celebra diez años tendiendo puentes entre España y el mundo árabe

Pedro Villena, director de Casa Árabe INMA FLORES
Mónica Arrizabalaga

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El terror yihadista, la guerra en Siria, la crisis de los refugiados, polémicas relacionadas con el Islam… No cabe duda de que la situación actual es «sumamente complicada» y así lo constata Pedro Villena, director de Casa Árabe , que precisamente por ello cree que «hoy es más útil que nunca» esta institución española, volcada en tender puentes con el mundo árabe.

«Es necesaria para separar lo que es islámico de lo que es árabe» , asegura este antiguo embajador de España en Irán, antes de subrayar que la mayoría de los musulmanes no son árabes. «Se estima que en el mundo hay 1.300 millones de musulmanes y de ellos, los árabes no llegan a 300», remarca.

Casa Árabe también facilita «una información que va más allá de los titulares» intentando «mejorar el conocimiento de la sociedad española en temas de gran actualidad, pero sobre los que se habla con frecuencia sin el conocimiento suficiente y desde una perspectiva unilateral y a veces manipuladora», remarca Villena. Según el director de este consorcio público compuesto por los gobiernos de Andalucía y Madrid, los Ayuntamientos de Córdoba y Madrid y el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, a menudo se informa sobre el mundo árabe «desde un cliché que a veces es implícito y otras descaradamente explícito» cuyo resultado «es producir una especie de asimilación en el espectador entre árabe, violencia, fanatismo e Islam».

A su juicio, la mayor preocupación de Europa en este momento «es el Islam, no el mundo árabe». Hay conexiones entre uno y otro, pero «no son de ninguna manera lo mismo», insiste resaltando que «más del 90% de las víctimas del terrorismo presuntamente islámico son musulmanes y en un porcentaje de un 80% árabes». Este es un aspecto que, según Villena, aquí se tiende a olvidar, como sucede también en el tema de los refugiados. «En Europa discutimos sobre unas decenas de miles cuando en Líbano , por ejemplo, el número de refugiados equivale a una tercera parte de su población».

Cultura contra el terror

Además de «suscitar un mínimo de empatía» con las víctimas árabes, también creen tener «una labor pedagógica importante que hacer» para luchar contra el terrorismo, aunque no realicen actividades dirigidas específicamente a ello. El suyo es un trabajo más «de fondo», desde el punto de vista cultural, intelectual y educativo. A través de la enseñanza de la lengua árabe, de exposiciones de arte, conciertos, ciclos de cine, conferencias, encuentros empresariales o seminarios, esta institución con sedes en Madrid y Córdoba intenta dar a conocer a los españoles la complejidad del mundo árabe, combatiendo los estereotipos y la islamofobia. Más de 114.300 personas han participado ya en sus actividades.

«Desde que se creó Casa Árabe había mucho interés porque no existía nada específico dedicado íntegramente a estas geografías culturales y políticas, pero en los últimos años, el hecho de que el mundo árabe esté constantemente en los titulares ha generado una gran demanda de información de la opinión pública, que busca la voz de expertos que puedan explicar estas realidades», explica Nuria Medina, coordinadora de Cultura.

De ahí que una de las citas destacadas de este décimo aniversario de la institución sea un seminario internacional en abril, en el que se abordarán los «10 años de transformaciones en el mundo árabe» . Otro de los eventos previstos tratará de «cómo se regula en diferentes países europeos con minorías musulmanas la actividad de las confesiones no mayoritarias y cómo en cada país se resuelven las cuestiones del velo, el minarete, la educación en los colegios o la de los imanes», explica Villena.

En julio, un encuentro analizará las relaciones económicas entre España y los países árabes en los últimos diez años. «No solamente ha habido un incremento de las exportaciones españolas, mayor en la región árabe que en el resto del mundo, sino también un aumento cuantitativo y cualitativo de la presencia empresarial española en países árabes», afirma Villena mientras menciona el gasoducto Medgaz o el AVE Meca Medina .

La programación de aniversario incluye un seminario sobre al-Ándalus en la historia de la ciencia, un congreso sobre la historia del arabismo en España o una retrospectiva del artista egipcio Chant Avedissian, «muy reconocido en el mundo árabe pero aún desconocido en Europa», detalla Medina.

Estas y otras actividades son fruto de acuerdos con multitud de entidades españolas y extranjeras. El diálogo es la esencia y la manera de actuar de Casa Árabe. «Nos hace falta escuchar mucho más a los árabes», subraya Villena, que ve problemas actuales que son comunes con España, como el paro juvenil o la contaminación en el Mediterráneo. «Hay iniciativas en países árabes que pueden ser útiles para nosotros» , destaca recordando unos experimentos libaneses de participación ciudadana en materia de basuras.

Para los próximos diez años, Casa Árabe se plantea como objetivo conseguir que una tercera parte de su financiación provenga de aportaciones privadas españolas, así como difundir sus actividades a un público cada vez mayor, tanto geográficamente como a través de su web y las redes sociales. «Solo suponemos beneficios y ventajas», resalta Villena, convencido de que la institución es «más necesaria hoy que hace 10 años. Esta es la fuerza de nuestro aniversario».

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