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Griegos y daneses descubren una base naval que ayudó a derrotar a los persas en la Antigüedad

Unas recientes excavaciones en el puerto de El Pireo, cerca de Atenas, han revelado las fortificaciones que demuestran la potencia de la marina ateniense en el siglo V a. C.

Begoña Castiella

Se trata del proyecto ZHP, las iniciales del Zea Harbor Project, que investiga desde el 2001 los antiguos puertos de Zea y Muníjia (Mounichia) en El Pireo con excavaciones tanto en tierra como en el mar bajo la supervisión del Departamento de Arqueología Submarina del Ministerio de Cultura griego. Está financiado desde el 2004 por la Fundación Carlsberg. 

«Hemos conseguido identificar, por primera vez, las bases navales del siglo V a.C.: los arsenales de las naves, las rampas de botadura utilizadas para que lleguen al mar y las fortificaciones del puerto», anunció Bjørn Lovén , el director de dicho proyecto, que es un prestigioso arqueólogo clásico danés especializado en puertos antiguos y sitios sumergidos. Lovén, que también investiga el puerto principal de la antigua Corinto, considera que los descubrimientos de este proyecto proporcionarán más información a los historiadores sobre la potencia de la marina ateniense y la importancia de este puerto en la Batalla de Salamina. Durante esta batalla la flota de los atenienses, dirigida por el político y general Temístocles y sus aliados de otras ciudades-estado griegas, derrotó a las fuerzas del imperio persa de Jerjes I en el golfo Sarónico, cerca de la isla de Salamina. Con este combate durante la segunda guerra médica, terminó el segundo intento de invadir Grecia por los persas, salvando la ciudad de Atenas y su democracia en el 480 a.C.

Una base naval estratégica en el Mediterráneo  

Este proyecto arqueológico está siendo realizado por arqueólogos de la Escuela de Estudios Humanitarios de la Universidad de Copenhague y un grupo de arqueólogos griegos. Sus descubrimientos muestran que la base naval era muy importante , con fortificaciones y espacio suficiente para proteger a varios centenares de trirremes, las naves de guerra griegas utilizadas entre el siglo VI y IV a.C. en el Mediterráneo con tres bancos de remeros superpuestas. Aunque se conocía la existencia de esta base naval, la zona se encuentra bajo aguas utilizadas para la pesca y para el atraque de los yates de la actual marina de Zea, que se encuentra en el centro de la ciudad del Pireo. Y fue un pescador de la zona quien les ayudó a dar con ella en 2010: informó a los arqueólogos dónde pescaba de pequeño sentado sobre una antigua columna… del siglo V a.C. Lovén explicó en un reciente comunicado de prensa que, «basándonos en la cerámica encontrada y en la datación proporcionada por el carbono 14 de una pieza de madera encontrada en el interior de una columna, podemos datar aproximadamente los arsenales entre 520 a 480 a.C. »

Ahora ya se conoce que esta base naval fue construida siguiendo la visión del político y general Temístocles , que comprendió tras la batalla de Maratón en el 490 a.C. la importancia de desarrollar el poder naval ateniense. Por ello diseñó esta operación defensiva frente a la amenaza invasora de los persas, que atacaban por mar.

Los arqueólogos y demás profesionales involucrados en este proyecto han localizado seis atarazanas destinadas a proteger a las trirremes cuando no estaban navegando, cuyos pilares tenían una base de 1,4 x 1,4 metros y una altura de 8 metros. Cada una tenía 50 metros de ancho, lo que convertiría esta base en una de las mas grandes del mundo conocido de esta época. Dos terceras partes de la flota griega operaron desde esta base en la época de la batalla de Salamina y su tamaño recuerda que esta flota llegó a tener nada menos que 400 trirremes y 80.000 hombres en su periodo de apogeo, patrullando y defendiendo las 150 ciudades que eran colonias atenienses desde el Mar Negro hasta el Delta del Nilo.

Las trirremes eran embarcaciones de guerra rápidas y poderosas, pero muy vulnerables a la exposición solar excesiva (que secaba y comprimía la madera de los cascos de las naves y creaba fugas). Asimismo, la lluvia podía causar la hinchazón y descomposición por hongos de la madera. Los arsenales eran esenciales para proteger los buques cuando no estaban en alta mar y también para que sus cascos no fueran dañados por la carcoma.

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