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Diego Rivera, 60 años de la muerte del gran símbolo del muralismo

El viernes 24 de noviembre se cumplieron seis décadas del fallecimiento del artista

Diego Rivera ABC

Adrián Espallargas

El viernes se cumplieron seis décadas de la muerte del célebre pintor Diego Rivera , genial artista mexicano y gran símbolo del muralismo, un género plástico que vivió su mayor esplendor tras el éxito de la revolución de 1910. Bajo la época del muralismo, decenas de edificios públicos mexicanos quedaron decorados de motivos plásticos con el objetivo de educar al pueblo sobre la historia y la realidad social del país norteamericano.

Fue Rivera, junto con sus colegas David Alfaro Siqueiros, José Clemente y Rufino Tamayo , además de otros artistas, uno de los creadores que más contribuyó a la evolución de este estilo artístico. Así, diversos edificios oficiales como colegios, estadios deportivos y palacios quedaron marcados por el exquisito y revolucionario arte del marido de la famosa Frida Kahlo , un complejo matrimonio debido a las infidelidades de ambos.

Algunos de los murales más importantes de Rivera se pueden encontrar en diferentes puntos de la Ciudad de México. Por ejemplo, «Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central» está ubicado en el Hotel del Prado en la capital y analiza en uno de sus segmentos la historia de México desde la conquista hasta la aprobación en el Siglo XIX de las Leyes de Reforma. O también destaca «La Universidad, la familia y el deporte en México" ubicado el Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria.

Tal fue el éxito que Rivera cosechó en México, que en 1933 la familia Rockefeller le encargó decorar una de las paredes del Rockefeller Center que se titulaba «El hombre controlador del universo». Sin embargo, Rivera incluyó un retrato de Lenin en la obra, lo que llevó a los Rockefeller a ordenar la destrucción de este excelente mural que ahora decora una de las paredes del Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México.

El materialismo histórico y la clase obrera son dos de los principales temas que tradicionalmente acompañan las pinturas de Rivera. Debido a su ideología revolucionaria y relaciones dentro del mundo comunista, el artista jugó un papel clave en conseguir que en 1936 el entonces presidente Lázaro Cárdenas otorgara asilo político al exiliado de la Unión Soviética de León Trotsky en México, quien fue asesinado en 1940 de un pioletazo por el español Ramón Mercader.

Rivera falleció en 1957, tres años después de la muerte de Frida Kahlo, en su casa estudio ubicada en el barrio de San Ángel, al sur de la Ciudad de México, que ahora está convertida en un museo. Desde entonces, sus restos descansan en la Rotonda de los Personajes ilustres, donde también se encuentran los restos de José Clemente Orozco.

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