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Los guardianes del patrimonio generan riqueza en España

El World Monuments Fund, creado en 1965, cumple medio siglo con siete grandes proyectos activos en España

Los guardianes del patrimonio generan riqueza en España ISABEL PERMUY

JESÚS GARCÍA CALERO

Mientras el mundo asiste indignado a la salvaje destrucción del patrimonio asirio en Irak, conviene no olvidar el papel de asociaciones como el World Monuments Fund (WMF) , que acaba de cumplir 50 años. Sin su ayuda, cientos de templos, fortificaciones, ciudades antiguas y sitios arqueológicos ya no existirían o estarían degradados. A lo largo de las décadas, esta organización ha sabido reunir los recursos necesarios para emprender grandes proyectos de restauración del patrimonio histórico en lugares tan distintos como Venecia, Angkor, la Ciudad Prohibida de Pekín, la Huaca de la Luna en Perú o la cabaña de Scott en la Antártida. Un patrimonio para compartir y que genera recursos económicos gracias a su puesta en valor.

Todo comenzó cuando, en 1965, un coronel estadounidense retirado, James A. Gray (1909-1994), movilizó fondos para investigar la consolidación de los cimientos de la Torre de Pisa . Ante la generosa respuesta de algunos filántropos, el World Monuments Fund se involucró activamente en el proyecto Salvar Venecia . Y desde entonces no ha detenido sus trabajos. Como ejemplo, en 1998, Robert Wilson otorgó al WMF cien millones de dólares en diez años, con el compromiso de promover el patrocinio de la restauración de obras de arte en el mundo. Solo de este mecenas, se han beneficiados decenas de proyectos.

En España, WMF cuenta con una asociación filial, al igual que Gran Bretaña, Francia y Portugal y Perú. Nacida en 1994 como asociación privada sin ánimo de lucro, su primer presidente fue el marqués de Santa Cruz. Actualmente la preside Juan Carlos Fierro, y su director de proyectos es el arquitecto Pablo Longoria. Ambos señalan que, en un país tan rico en patrimonio como el nuestro, World Monuments Fund ha venido actuando desde años antes. En concreto, desde 1977 cuando la organización restauró la capilla del Ochavo de la Catedral de Toledo.

En España

Una vez creada la asociación, que cuenta con la presidencia de honor de la duquesa de Badajoz, se intensificaron los trabajos de restauración de importantes monumentos en España. Comenzaron por la Colegiata de Toro. Gracias a su mecenazgo vino después una larga y compleja recuperación: la de la Santa Cueva de Cádiz. Según relata Juan Carlos Fierro, sin ocultar su orgullo, «es el proyecto que me parece más completo de cuantos hemos hecho. Es una iglesia con muchísima historia, en la que fueron bautizados Salmerón y Pemán, por ejemplo. Para su restauración, contamos con la financiación de la Fundación Caja Madrid y de la Junta de Andalucía, que quiso participar, además de otorgar los permisos necesarios. Allí recuperamos, y hoy pueden verse en todo su esplendor, tres magníficos lienzos de Goya , ‘La Santa Cena’, ‘La multiplicación de los panes y los peces’ y ‘La parábola de la boda del hijo del rey’. La restauración de las pinturas fue realizada en el Prado , pero el proyecto incluyó toda la capilla, con sus preciosos mármoles y todos los elementos».

Entre los proyectos importantes llevados a cabo gracias al esfuerzo de esta asociación figuran la Cartuja de Miraflores, o la Capilla de San Blas de la Catedral de Toledo. En todos ellos han trabajado con los fondos de Robert Wilson. El filántropo norteamericano quería extender la cultura del mecenazgo y para aportar su dinero sólo exigía un socio local del proyecto, cuya aportación debería ser igual a la asumida por su fondo a través del WMF (el doble si era dinero público, puesto que quería fomentar el patrocinio privado).

A falta de una cultura de mecenazgo como la anglosajona, en la que fortunas particulares participan en este tipo de actividades filantrópicas, el presidente de WMF España desea agradecer, y mucho, el apoyo de las entidades que han ayudado aquí a sacar los proyectos adelante: son casi todas fundaciones y bancos: Caja Madrid, Iberdrola, Fundación Cultura y Deporte de San Blas, la Junta de Castilla y León, la de Andalucía… «Y muy importante, American Express, gracias a cuya aportación desarrollamos el Programa Watch, o vigía, para los sitios que están en peligro, sea por causa natural o de gestión. Con él se restauraron las casas moriscas de Granada, hoy un imán turístico». Cada dos años se hace una llamada pública a sumar monumentos a la Lista Watch.

Cuando hablamos de mecenazgo, y de los incentivos fiscales promovidos por el Gobierno en España aunque sin rango de ley, como se había prometido, Juan Carlos Fierro confiesa su sana envidia por la cultura anglosajona: «Desgraciadamente aquí no existe, tienen una deducción directa en los impuestos. Con la ley actual no merece la pena emprender campañas de fund-rising».

Variables

El director de proyectos, Pablo Longoria, explica cómo los seleccionan: «Priman varias variables. La relevancia histórico-artística, que no tiene por qué ser mundial, puede ser un monumento muy importante para la comunidad local. La urgencia de intervención (en San Blas las pinturas estaban cayéndose cuando empezamos). Y por último, la viabilidad, nunca entramos si no estamos seguros de que el proyecto va a salir adelante». ¿Y qué puede hacer que no salga, una vez empezado? «Hay que tener cuidado en zonas de guerra, esperar a la estabilidad. WMF restauró el puente y el centro de Móstar, y estamos en Irak». Desgraciadamente allí hay zonas donde el grupo Estado Islámico está destruyendo el patrimonio.

Sin ir tan lejos, en España han seguido atentamente casos como el del barrio del Cabañal –no creen que el segundo proyecto de Rita Barberá sea aceptable– y siguen luchando por un número creciente de proyectos, hasta 7, entre los que destaca el Salón Rico de Medina Azahara, gracias a los fondos de la Fundación Daniel & Nina Carasso, que han aportado 600.000 euros. También el oratorio del Partal, en la Alhambra; Santa Paula, en Sevilla; el pabellón Güell de Barcelona; el paisaje histórico de Trujillo y el Hostal de San Marcos de León (con fondos de American Express).

Cada uno tiene una historia. Pero hablemos de este último, el Parador leonés, que incluye la restauración de la portada, que está en riesgo desde la caída de una gárgola, y tiene un presupuesto de 1,2 millones: se afrontarán con 150.000 euros de WMF, 300.000 de Turespaña y el resto se cubriría con el 1 % cultural de las obras públicas.

Juan Carlos Fierro destaca la riqueza que crea el patrimonio, a través del turismo, pero insiste que ha de ser sostenible, que el patrimonio debe ser preparado para la avalancha turística a la que se le somete, con cuidados y estudios serios, como los que WMF promueve. En todos sus proyectos, el impacto en la economía local ha sido muy positivo, cumpliendo además un principio fundacional de la asociación: que los «valores culturales compartidos» sirven al «entendimiento entre los pueblos».

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