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El origen de los insultos más populares

«Pichabrava», la versión masculina de la ninfómana

En el argot de los bajos fondos se predica del hombre que no consigue ser padre de un varón

«Pichabrava», la versión masculina de la ninfómana AP

A. S. MOYA

Desde el principio de los días existe la creencia popular de que los hombres son mucho más promiscuos que las mujeres. Pero según revelan varios estudios, está afirmación no se ajusta tanto a la realidad, siendo el principal hecho diferencial la mayor facilidad que poseen las féminas para ocultar una relación fuera del ámbito conyugal. A pesar de la estigmatización de la mujer en relación a hechos de este tipo, los varones están quedando cada vez más retratados por sus pecados carnales. El famoso «pichabrava» continúa siendo un bandolero del amor, pero cada vez más sometido a la mayor presión que ofrece un mundo cada vez más conectado.

Pancrcio Celdrán, en el «El gran libro de los insultos», publicado por la editorial La Esfera, define al «pichabrava» como la versión masculina de ninfómana, en referencia «al individuo tan activo en la cama que se recupera en seguida y puede llevar a cabo sucesivos coitos; individuo siempre deseoso de yacer con mujer; hombre lujurioso, lascivo y rijoso que en presencia de la hembra se inquieta y alborota poniéndose en seguida como una moto, o a cién».

Dada la naturaleza de la zona anatómica concernida, este término es de aplicación exclusiva para el varón, «picha o pija es término de derivación latina alusiva a salva sea la parte masculina, y cursa con otras voces referidas a la misma zona». A pesar de su inequívoco componente sexual, su connotación no es tan negativa, si se compara, tal y como señala Celdrán, con su contrario, «pichafría, dicho del hombre tan flemático o tranquilo en cuanto al sexo que mira los asuntos relacionados con esa actividad de manera distante, sin sentirse concernido; impotente, o que puede permanecer durante muchos meses ayuno de trato y actividad carnal».

Amplia variedad

Aludiendo a la extensa variedad de nuestro léxico, el calificativo cobra un sentido u otro dependiendo de la zona donde se cite. Celdrán revela que en Castilla-La Mancha se alude al 'pichafloja' para despreciar al hombre que solo tiene hijas, mientras que en el argot de los bajos fondo se refiere al hombre que no logra ser padre de un varón. «El término es fruto de cierta creencia antigua alusiva a que si el marido es un calzonazos y un flojo sólo tiene hijas. También se dice de quien en la relación sexual eyacula precozmente y deja a la hembra ansiosa de más».

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