Seis apellidos vascos de la historia de España
Busto de Blas de Lezo en el palacio foral de Guipúzcoa y su rostro en la estatua recién inaugurada en Madrid

Seis apellidos vascos de la historia de España

Las glorias locales presiden desde hace décadas las plazas de Guipúzcoa, aunque desgajadas del relato de la historia común

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Las glorias locales presiden desde hace décadas las plazas de Guipúzcoa, aunque desgajadas del relato de la historia común

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  1. Blas de Lezo

    Busto de Blas de Lezo en el palacio foral de Guipúzcoa y su rostro en la estatua recién inaugurada en Madrid
    Busto de Blas de Lezo en el palacio foral de Guipúzcoa y su rostro en la estatua recién inaugurada en Madrid

    De los puertos guipuzcoanos zarparon a lo largo de los siglos decenas de valientes marinos, intrépidos exploradores, leales oficiales de la Corona, devotos de la «patria» cuyo nombre y bandera ensancharon allende los mares. Ilustres prohombres como Blas de Lezo, Cosme Damián Churruca, Miguel López de Legazpi o Juan Sebastián Elcano que han quedado arrinconados en esta España moderna que parece sentir vértigo de su Historia. Héroes olvidados que ahora, con la recuperación de la figura del bravo Blas de Lezo en un lugar central de la memoria colectiva, merecen ser reivindicados. ABC traza un recorrido físico por las plazas de pueblos y ciudades de Guipúzcoa, vivero de las más grandes glorias nacionales, que sí encumbra a sus ídolos, aunque desgajados de la Historia común.

    Natural de Pasajes, Blas de Lezo (1689-1741), ahora con monumento propio en el corazón de Madrid, ha visto reducido durante demasiado tiempo su altar de héroe de la Hispanidad a una estatua de Cartagena de Indias, la Nueva Granada que defendió de la intentona inglesa, con ojo, brazo y pierna. En Colombia es un héroe popular. En su lugar de origen, solo una calle y un busto en hornacina del frontispicio del palacio foral de Guipúzcoa, en San Sebastián, recuerda su hazaña de preservar el dominio español en América. Junto a él descansan en piedra caliza otros ilustres de la tierra, como Elcano, Legapzi, Andrés de Urdaneta o Antonio de Oquendo, tallados en 1885 por el escultor vergarés Marcial Aguirre, en mandato de la Diputación hoy gobernada por Bildu.

  2. Antonio de Oquendo

    Oquendo en la estatua monumental del centro de San Sebastián
    Oquendo en la estatua monumental del centro de San Sebastián

    El donostiarra Antonio de Oquendo (1577-1640) tuvo que esperar a que, también por suscripción popular, fuera erigida en su nombre una estatua, que hoy descansa en la plazoleta ubicada entre Teatro Victoria Eugenia y el hotel María Cristina. Por más que al nacionalismo le pese, su inscripción dice así: «Al gran almirante don Antonio de Oquendo, experto marino, heroico soldado, cristiano piadoso que al declinar el poderío de España supo mantener en cien combates el honor de la patria. Dedica este tributo de amor la ciudad de San Sebastián. Orgullosa de tan preclaro hijo».

  3. Cosme Damián Churruca

    Motrico conserva la estatua del héroe de Trafalgar
    Motrico conserva la estatua del héroe de Trafalgar

    De la misma manera hubo de ser el pueblo, en este caso el de Motrico, quien restañara el honor de su hijo predilecto Cosme Damián Churruca (1761-1805), héroe de la batalla de Trafalgar. Su figura comanda la plaza central del pequeño municipio guipuzcoano, territorio «abertzale» que vio caer hace unos años el dedo índice con el que el científico de la Armada española señalaba el infinito, parece ser que por el golpe fortuito del diábolo de un niño. Los vecinos lideraron la restauración de la estatua, donde el ayuntamiento de Bildu recomienza el paseo turístico, sin mencionar, eso sí, la leyenda inscrita en el basamento: «A Don Cosme Damián de Churruca. Vivió para la humanidad. Murió por la Patria. Murió gloriosamente en el combate de Trafalgar mandando el navío S. Juan Nepomuceno», a bordo del cual halló la muerte. La Diputación acordó erigir el monumento en 1865. Frente a su figura, a escasos metros, en el balcón del ayuntamiento vasco no ondea más bandera que la de los presos de ETA.

  4. Domingo Martínez de Irala

    Monumento a Irala en la ciudad paraguaya de Ypané
    Monumento a Irala en la ciudad paraguaya de Ypané

    En la localidad de Vergara, «siempre leal a la Corona real», según se recoge en su escudo de armas, hay un monolito junto al frontón dedicado al conquistador español Domingo Martínez de Irala (1509-1556), aunque se le retiró el nombre de la plaza. A pesar de que ha pasado a la Historia como «el padre del Paraguay», fundador de la Asunción y gobernador del Río de la Plata bajo el reinado de Carlos I de España. Es venerado en el país americano.

  5. Miguel López de Legazpi

    El fundador de Manila tiene en Zumárraga el monumento debido
    El fundador de Manila tiene en Zumárraga el monumento debido

    También recibe homenaje visible en su tierra natal Miguel López de Legazpi, el «Adelantado» que tomó posesión de Filipinas en nombre de la Corona castellana, a la que ya sirvió su padre. Legazpi fundó Manila, donde encontró la muerte en 1572. En Zumárraga se eleva el monumento en su nombre, fundido en bronce desde 1897.

  6. Andrés de Urdaneta

    Ordicia erigió este bello monumento a Urdaneta
    Ordicia erigió este bello monumento a Urdaneta

    Igualmente, en honor a fray Andrés de Urdaneta, marinero agustino que participó en la expedición de Legazpi en ruta desde México a Filipinas, hay levantada una estatua en el municipio de Ordicia, con esta mención: «Cosmógrafo sin par, introductor de la Civilización cristiana y española en Filipinas».

  7. Juan Sebastián Elcano

    Hay dos estatuas, no una, de Elcano en Guetaria
    Hay dos estatuas, no una, de Elcano en Guetaria

    Completa el círculo dorado el expedicionario más célebre de todos por haber sido el primero en dar la vuelta al mundo, a bordo de la nao Victoria: Juan Sebastián Elcano (1476-1526). En Guetaria tiene no una sino dos estatuas elevadas a su gloria inmortal, aunque medidamente separada de la espina dorsal de vascos y castellanos. Su nombre, tal vez más popular para todos, lo ha paseado por los confines el buque escuela de la Armada Española.

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