Testigos directos del final de la guerra

En el Berlín cercado por las tropas del Ejército Rojo , donde se estaba librando una lucha despiadada entre los últimos defensores del Reich y las fuerzas soviéticas, dejó de editarse cualquiera de los medios de prensa que hasta entonces tenían su sede en la capital. En su lugar se puso en marcha un pequeño periódico del tamaño aproximado de un folio y de nada más que cuatro páginas: Der Panzerbar (El Oso Blindado), en cuya cabecera aparecía el oso que simboliza la ciudad con una pala y un panzerfaust cruzados sobre su espalda.

Der Panzerbär se definía a sí mismo como «Hoja de combate de los defensores del Gran Berlín» y apareció diariamente desde el 22 hasta 29 de abril de 1945. En total los números editados fueron solamente siete. No obstante, ante la escasez de papel prensa, no era posible imprimir una cantidad apreciable de ejemplares, por lo que todos ellos llevaban sobre su cabecera la frase: Lesen und Weitergeben! (Leer y Compartir) con el ánimo de que circulara de mano en mano entre los combatientes. A causa de esto y a que las tropas soviéticas destruyeron todos los que fueron encontrando, son escasísimos los ejemplares que sobrevivieron a la guerra.

El tono del periódico es heroico, con titulares como «Berlín lucha por el Reich y por Europa», «Berlín, tumba de los carros de combate soviéticos» o «Baluarte contra el Bolchevismo». Son, sin embargo, muy escasas las fotos en sus columnas.