Madrid convierte los galeones hundidos en la mejor historia que aún debemos contar

España es la primera potencia histórica en arqueología subacuática por haber dejado el mayor número de yacimientos arqueológicos repartidos por los mares de todo el mundo. Junto con Portugal, nuestro país sentó las bases de la navegación oceánica y puso en marcha, a golpe de exploración, la primera red global, el primer mercado mundial . Desde el siglo XV, nuestros marinos dibujaron los continentes a medida que los recorrían. Sabemos muchas cosas sobre la sociedad que hizo aquello posible, pero aún nos falta mucha información .

La reivindicación de estos hechos merece un estudio mayorLas velas que recorrían el planeta tejieron un imperio que no habría existido sin aquellos barcos fabulosos. La reivindicación de estos hechos, del alarde científico que los convirtió en realidad , merece un estudio cada vez mayor. El interés mostrado por la sociedad supone el fin de un penoso olvido. Esa historia estará en el centro de las Jornadas que se celebran en la Casa del Lector los próximos 6 y el 7 de mayo y se titulan “La historia que aún debemos contar”.

En Esoaña hubo un esfuerzo colectivo nunca antes llevado a caboDesde el siglo XV hasta el XIX hubo en España un esfuerzo colectivo nunca antes llevado a cabo, con muchísimas luces y también muchas sombras, que dio lugar a una época en la que la cultura y la lengua españolas se extendieron por el mundo. Hoy compartimos con América y otros lugares ese pasado común, mestizo, una riqueza que debe unirnos más si cabe en el futuro . En los barcos que naufragaron durante más de 300 años se encuentra la clave para la comprensión de un momento fundamental de nuestra historia. Huracanes y batallas, aventuras y derrotas, ajuares y vidas truncadas esperan en los pecios , que son una cápsula de tiempo que solo los arqueólogos pueden leer como un libro. La clave del futuro puede estar en las páginas de ese libro, que deben ser investigadas como merecen.

España debe responder a este desafío con proyectos científicos relevantes que aporten conocimiento a una sociedad que cada vez exige conocer mejor ese pasado. No hay otro registro cultural comparable en el mundo , y permanece inédito, o casi.

En España apenas tenemos testimonios procedentes de excavacionesDurante estos dos días lo recordaremos, junto con las instituciones científicas más prestigiosas del Estado, administrativas, universitarias y académicas. Tendrémos la inspiración de interesantes proyectos que se hacen fuera de nuestras fronteras gracias al trabajo de profesionales e instituciones comprometidas con el futuro de una disciplina pujante en todo el mundo, en la que la tecnología permite soñar con grandes innovaciones. Las jornadas quieren poner en valor una historia de la que incomprensiblemente en España apenas tenemos testimonios arqueológicos procedentes de intervenciones científicas sistemáticas, planificadas.

Hasta ahora, los cazatesoros han sido depredadores de nuestro patrimonio debido a las cargas preciosas de muchos de aquellos barcos . Han ido casi siempre por delante, robando un patrimonio y borrando con él nuestro pasado, un legado que pertenece a la humanidad. Así ocurrió con la fragata “Mercedes” en 2007 y la indignación que produjo ese expolio cambió la percepción de los españoles hacia este patrimonio para siempre. Detrás de unas monedas, de cada uno de aquellos naufragios, hay mucha historia, “la historia que aún debemos contar”. Ese es uno de los grandes retos del futuro.