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José CarlosRubio ValverdeTallista, dorador y restaurador

«El 90% de los trabajos de mi taller salen fuera de Córdoba»

Para este creador, las técnicas y la ornamentación están inventadas, «pero no la fusión», que puede aportar mucha creatividad

«El 90% de los trabajos de mi taller salen fuera de Córdoba»

Heredero de una saga de artistas, José Carlos Rubio continúa la labor iniciada por sus antepasados en su taller. Con casi tres décadas de experiencia a su espalda, este tallista cordobés apuesta por conservar la tradición, pero dando paso a la fusión de técnicas y estilos.

—¿Cuánto tiempo lleva en el mundo de la talla?

—Me inicié en esto hace ya 28 años, cuando sólo tenía 13, aunque mis primeras piezas ya como profesional las hice con 16 años bajo la dirección de mi padre, que fue mi maestro.

—¿Pesa mucho la herencia?

—Al principio fue algo costoso porque se te encasilla en un modo y un estilo, pero te acostumbras a vivir con ello. Para mí ha sido un privilegio este año restaurar un paso que salió del taller de mi abuelo, con diseño de mi tío y esculturas de mi padre como ha sido el de la Humildad de Puente Genil. Incluso, una de las cabezas de una figura en relieve está hecha con madera del cabecero de cama de mis padres.

—Su abuelo, su padre, usted, ¿habrá cuarta generación?

—Tengo dos hijas y una que viene en camino. La pequeña apunta maneras, pero de momento quiero que considere esto sólo un juego.

—¿Está todo inventado en los pasos o aún se puede innovar?

—Las técnicas y la ornamentación están prácticamente inventadas, pero no la fusión. Siendo así, siempre se puede aportar algo original desde la creatividad y la perspectiva del artista.

—¿Ha notado mucho la crisis en su taller?

—Sí y quien diga lo contrario miente. Se lleva notando muchos años. Ha habido años buenos en los que en mi taller se han sacado cuatro pasos completos. También tiene una parte positiva y es que se trabaja con más variedad, ya que antes te veías obligado a cerrar el taller a otros encargos. En uno y otro caso lo primordial es la calidad.

—¿De qué trabajo guarda un mejor recuerdo?

—Es complicado escoger uno porque todos te dejan un recuerdo especial. Un trabajo que no me deje nada lo considero una obra de taller y de esas tengo muy pocas. Aún no ha llegado ese trabajo que considere que me haya marcado para el resto de mi carrera, lo busco día a día y eso me permite trabajar con ambición.

—¿Cuáles han sido sus estrenos de esta Semana Santa?

—Se ha restaurado y redorado el paso de la Humildad de Puente Genil, en Ciudad Real se han avanzado los pasos del Nazareno y Medinaceli, además del redorado del frontal del Perdón, en Cañete de las Torres he terminado el paso del Huerto y de la Urna y en Pedro Abad se han estrenado los arbóreos del San Juan. Además, en Baeza se han concluido los respiraderos del Amarrado, el frontal de la canastilla del Prendimiento de Adra y la crestería del palio de la Virgen de los Ferroviarios de Granada.

—Muchos trabajos fuera de Córdoba ¿Ahí está el futuro de los talleres cordobeses?

—Desde que comencé en esto, el 90 por ciento de mis trabajos no han sido para Córdoba. De hecho, tengo piezas en Tenerife, Murcia, Ciudad Real, Almería y en muchos otros sitios. Mientras más abras las fronteras más posibilidades tienes de ser tú mismo. Además, a veces se reconoce más el trabajo fuera de casa.

—¿En qué nivel diría que están los pasos cordobeses en relación a otras ciudades?

—Sinceramente, creo que en tercer lugar. Tenemos auténticas joyas, pero aún hay diferencia con otras ciudades. Lo importante es que estamos exportando mucho arte y eso hace que los cofrades de fuera Córdoba miren hacia nuestra ciudad.

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