La gira de doce conciertos que cerró la Orquesta de la Comunidad Valenciana en China el sábado pasado se saldó con una respetable cifra de 20.000 espectadores y un notable éxito en términos artísticos, pero también ha servido para consolidar las bases de un acuerdo que podría reportar «importantes» ingresos al Palau de les Arts. Según ha conocido ABC, el teatro valenciano tiene sobre la mesa la posibilidad de «exportar» cuatro producciones propias al gigante asiático. Dos en verano de 2014 y dos en el de 2015, con tres funciones cada una. Al parecer, la labor «comercial» de Zubin Mehta (una figura muy reconocida en el país) ha sido esencial para suscitar el interés de los directores de teatro chinos.

No se trataría de un alquiler de derechos como se ha hecho en otras ocasiones, sino algo mucho más ambicioso. Implicaría trasladar la producción completa, incluyendo el director, el coro, los solistas y la propia orquesta del Palau –que tendrían que desplazarse a China por un periodo aproximado de dos semanas–. De ahí la relevancia de esta negociación en ciernes, que podría aliviar las maltrechas cuentas del coliseo.

Los «flecos» laborales

Si no se ha rubricado todavía el citado acuerdo es porque no se sabe cuál será la disponibilidad de los trabajadores del teatro para viajar hasta que no se clarifiquen los términos del ERE. CulturArts y el comité de empresa del Palau firmaron un documento el pasado mes de octubre que establecía el despido de 40 trabajadores y la conversión contractual de los 240 restantes, de fijos a fijos discontinuos. Según lo previsto en un primer momento, esto significa que la plantilla irá al paro dos meses, entre el 1 de junio y el 30 de septiembre, y tendrán un mes de vacaciones. Es decir, que el teatro deberá cerrar tres meses.

El comité de empresa se reunirá con responsables de CulturArts mañana viernes para terminar de definir los «flecos» del ERE, que debería haberse ejecutado antes de final de 2013. Para que las conversaciones con China prosperen, sería necesario modificar el periodo de vacaciones de los trabajadores –al menos la de los implicados en las producciones– para que no coincida con sus compromisos con el exterior. Por supuesto, también es necesario el plácet de la Conselleria de Cultura, que deberá sopesar si existe algún impedimento económico para llevar adelante este proyecto.

Según la intendente del Palau de les Arts, Helga Schmidt, «exportar nuestras producciones no solo es buena para la imagen de Valencia y de España, sino para dar ocupación a nuestros trabajadores». En su opinión, «el teatro no puede cerrar desde el 30 de abril hasta noviembre».

Nuevas vías de ingresos

En estos momentos –y a pesar de que el coliseo ha perdido a importantes patrocinadores como Iberdrola o Telefónica–, los espectáculos del Palau de les Arts prácticamente se autofinancian mediante la venta de entradas. El gran lastre para las cuentas del teatro son los servicios generales, el suministro y el mantenimiento del edificio. También el capítulo de personal, sobre el que se ahorrarán cuatro millones de euros con la aplicación del ERE. Paralelamente, la Fundación Palau de les Arts debe abonar anualmente un canon de 1,5 millones de euros a la Generalitat en concepto de alquiler. Desde este punto de vista, la oportunidad que se acaba de abrir en China parece dificil de rechazar.