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El Paseo del Quijote ya tiene a Dulcinea

LEONOR BARAZA

La alcaldesa de Ciudad Real, Rosa Romero, el director general de Globalcaja, Pedro Palacios, y el escultor José Antonio López-Arza, inauguraron ayer la escultura de Dulcinea, que se ha ubicado a espaldas del Ayuntamiento.

Con esta obra, en la que se rinde homenaje al único personaje principal del Quijote que todavía no estaba representado en la ciudad, se completa el que pasa a conocerse ya como Paseo del Quijote. Un recorrido que se inicia en el Reloj Carillón y finaliza en la Plaza del Pilar, donde está la escultura de Don Quijote, y que en el camino pasa por donde está la Dulcinea y por la Plaza Cervantes, donde está la del escritor.

Así lo aseguraba ayer, momentos después de asistir a la inauguración teatralizada en la que Cervantes, Sancho y Don Quijote dieron la bienvenida a la Dulcinea en un año en el que, con motivo del IV Centenario, como resaltó la primer edil, se espera que sean muchos los turistas que visiten la ciudad.

La nueva escultura es una muestra más del apoyo municipal «a la promoción cultural» en una ciudad que, dijo Romero, cuenta con un Museo del Quijote único en el mundo y que desde su reapertura ha tenido más de 2.500 visitas.

Representa además, a juicio de la regidora, los valores de la mujer manchega «trabajadora, luchadora y protectora de la familia como son las mujeres de nuestra tierra».

La escultura, que ha financiado íntegramente Globalcaja, ha costado 34.000 euros. Es la cuarta estatua que la entidad bancaria apoya económicamente y para su director general es una forma «de devolver a la sociedad todo lo que ha apostado por nosotros».

Cercanía con la ciudad

Para Palacios la escultura y su ubicación, tal y como están concebidas, simbolizan también el concepto de cercanía con el que Globalcaja se identifica plenamente ya que «la gente puede tocarla». También es una muestra, aseguró, de que cuando la iniciativa pública y privada se unen «se consiguen actuaciones tan importantes como ésta».

La escultura de Dulcinea, un personaje poco representado mediante esta técnica, según explicó su autor, representa a la típica mujer manchega con brazos en jarras. Para romper la frontalidad el escultor le ha girado la cabeza y la mirada hacia la derecha lo que invita al espectador –explicó- a rodearla y contemplarla desde todos los puntos de vista posibles.

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