Técnica y realismo en el belén monumental de San Pedro
El montaje de la Asociación de Belenistas de Ciudad Real se ha instalado en la capilla contigua al Altar Mayor y reproduce todas las escenas que acontecieron en Belén
Cuando María y José llegaron a Belén desde Nazaret, habían recorrido más de 150 kilómetros. A su llegada pasaron el trámite romano del empadronamiento, y después fueron en busca de posada. No la encontraron. Y se tuvieron que instalar en un establo. Ahí fue donde nació Jesús.
Estas son las tres escenas principales sobre las que gira el Belén Monumental que la Asociación de Belenistas de Ciudad Real ha instalado este año en la capilla contigua al Altar Mayor de la Iglesia de San Pedro. Un montaje que destaca, según explica su presidente, Antonio Vich del Préstamo, por su tremendo realismo y que reproduce todos los pasajes bíblicos que acontecieron en Belén.
Por eso, las imágenes buscan la mayor expresividad. A la puerta de la posada se sienta María, con las manos sobre la barriga y con una cara desencajada «que indica que está a punto de dar a luz». Lo que quiere simbolizar el escultor, dice Vich, «es que Dios se hizo hombre encarnado de una mujer que estuvo con sus nueve meses de gestación y tuvo que ser horrorosa la travesía desde Nazaret a Belén pasando calamidades y llegar a un sitio donde te cierran todas las puertas y tener que irte a un establo para dar a luz».
El escultor al que se refiere es José Luis Mayo Lebrija, un escultor madrileño que es reconocido internacionalmente, considerado hoy en día el mejor imaginero belenista por el realismo en el tratamiento de sus figuras, tanto en sus rostros y actitudes, como en el movimiento de las telas, el interés por el detalle, el acercamiento de forma casi arqueológica en la época de Jesús de Nazaret, y la etnográfica en cuanto a costumbres.
Para los belenistas de Ciudad Real tener las piezas de Mayo Lebrija, autor también de numerosas construcciones e imágenes del Belén de la Villa de Madrid, es «un lujo» porque permite dotar a este Monumental de la fidelidad que desde el principio se habían propuesto conseguir. «Nuestro belén es bíblico-histórico por la fidelidad, pero también es hebreo. Escenificamos todo el nacimiento como si fuera en el pueblo de Belén. Hay otros montajes más costumbristas con figuras más populares que permiten detalles más de la tierra», explica Antonio Vich.
Es el caso, añade, del belén del Ayuntamiento, cuyas figuras proceden del Belén barroco de Salzillo y que sitúa el nacimiento en la huerta murciana. Este año el montaje, en el Antiguo Casino, ha corrido a cargo de la Hermandad de Pandorgos que ha tenido «el guiño» de incluir pañuelos de yerbas en algunas de las figuras.
Distintas alturas
Pero el montaje de los Belenistas no solo se caracteriza por su realismo y su fidelidad, sino también por su técnica. Es un belén a una vista donde para ganar espectacularidad se han trabajado los diferentes planos a través de las distintas alturas y de la disminución del tamaño de las figuras.
De los 24 centímetros de las figuras centrales hasta los 12 que es lo que tiene Herodes, en último plano, «el realismo trabaja por la vista». «Tenemos una zona muy agreste, como es Judea realmente, luego está otra parte coronada por la puerta con la estrella de David y en esta zona se representan las costumbres, las tradiciones del pueblo hebreo en el momento del nacimiento de Jesús». Antonio Vich se refiere a la zona central, la del mercado, una zona con mucha vida con niños jugando -que no se prodigan mucho en los belenes, aclara- y un pozo típico de las zonas del desierto.
Para comprender la importancia que la técnica tiene en este montaje es imprescindible saber que su construcción se realiza desde atrás hacia adelante. «Tienes que tener muy clara la idea en conjunto porque hay partes que conforme vas avanzando ya no puedes acceder a ellas. Y sobre todo ser un visionario a la hora de crear las alturas y saber dónde va a terminar», añade.
«Lo que queremos es sugerir a la persona que visita el Belén un viaje en el tiempo a hace 2014 años para que tenga una foto completa, como una película , de cómo era el lugar y el pueblo cuando nació Jesús», destaca. Pero es que además, el emplazamiento no puede ser más idóneo: «estar en una iglesia llama a la oración, a la meditación y a la tranquilidad».
La Asociación de Belenistas de Ciudad Real se creó un 4 de octubre, día de San Francisco de Asís, del año 2011. En cuatro años ha realizado cinco montajes, el año pasado el del Ayuntamiento en el Antiguo Casino. Actualmente está formada por 18 socios y un sinfín de «socios infantiles».
Aficionados de toda la vida sus integrantes llevan en la sangre la pasión por los belenes ya que a la mayoría le viene de tradición familiar. «En mi caso, el primer belenista de mi familia fue mi abuelo materno, de él he heredado su patrimonio, que me fue dando en vida, formado por figuras de los años 40 y 50», explica Antonio Vich.
Ideas en las ferias
Y en ese afán por montar cada año un belén y un belén distinto, acuden a los distintos congresos y ferias que se celebran anualmente en España y visitan todos los belenes que pueden. «Madrid es el espejo en el que nos queremos mirar», dice Vich. Todos los años dedican un día a visitar unos diez belenes en esta ciudad.
En esas visitas además capturan ideas y técnicas que luego incorporan a sus propios montajes en los que siempre buscan la innovación. Y como cada belén es efímero, una semana después de que el de San Pedro se haya abierto al público «ya estamos pensando en el del año que viene». Será porque «tenemos espíritu fallero», bromea.
El Belén Monumental de San Pedro se puede visitar de lunes a sábados, de 11 a 1 del mediodía y los domingos de 9.30 a 2 y todas las tardes de 6 a 8.30 de la tarde.
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