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Histórica reintroducción de linces en los Montes de Toledo

Hacía años que esta especie había desaparecido y ahora, con el programa Life-Iberlince, se vuelve a poblar con cuatro machos y cuatro hembras

PILAR HERNÁNDEZ

Kentaro, Khan -dos machos- y Kuna -una hembra- son los tres ejemplares de lince ibérico que ayer fueron reintroducidos en una finca del término toledano de Mazarambroz. Un hecho que se puede calificar de histórico puesto que estos animales, en grave peligro de extinción, desaparecieron hace años de los Montes de Toledo, su tradicional hábitat natural en la Península Ibérica, y ahora con el ambicioso programa Life-Iberlince, se está repoblando de nuevo esta zona, además de Sierra Morena, donde los primeros ejemplares fueron soltados el pasado verano.

Kentano, Khan y Kuna compartirán espacio en los próximas semanas a la espera de que se unan a ellos otros dos machos (Kendo y Jabillo) y tres hembras (Kea, Keres y Karma), que lo harán, previsiblemente, antes de final de año en la misma zona.

«Suelta blanda»

El método utilizado para reintroducir a estos felinos ha sido diferente al de Ciudad Real, en las estribaciones de Sierra Morena. En los Montes de Toledo se ha optado por el método de «suelta blanda», es decir, que los linces no se han puesto en libertad directamente en el territorio elegido, sino que estarán 20 días en unos cercados denominados de «pre-suelta», para comprobar que su adaptabilidad ha sido la correcta, según indicó ayer la consejera de Agricultura, María Luis Soriano, que participó en la suelta de los tres ejemplares en la finca «El Castañar», propiedad de José María Finat, duque de Pastrana.

La reintroducción de linces en Castilla-La Mancha comenzó el pasado verano en la zona de Sierra Morena Oriental, en el término de Ciudad Real, con la suelta de los ocho primeros ejemplares. Se trataba de Kala, Kivu, Kung-fu, Kiki, Kaplan, Kairós, Kiowa y Kenitra, que se estaban adaptando con normalidad a los nuevos territorios en los que fueron liberados, hasta que en el mes de septiembre apareció Kala muerta -sin síntomas de envenenamiento o disparos- y en octubre Kenitra -por el disparo de un cazador-. Aunque lo más preocupante son los veinte linces muertos por atropello que se han producido en Andalucía este año, la peor cifra de la historia para esta especie protegida.

Aunque las autoridades señalan que estos atropellos se producen porque hay más ejemplares en libertad y, por tanto, se está recuperando la población, lo cierto es que desde el programa Life-Iberlince se trata de que la mortandad de animales sea la menor posible, sobre todo que no sea por motivos como los disparos de los cazadores. Para ello desde organizaciones como Aproca se apoya este programa, en colaboración con WWF-Adena y las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha y Andalucía.

Precisamente, la consejera de Agricultura de Castilla-La Mancha recordaba ayer, en la suelta de los tres linces, la importacia de la colaboración entre administraciones y particulares para la recuperación de la especie. Ha permitido la firma de 20 convenios con propietarios de terrenos cinegéticos para habilitar una superficie de 32.000 hectáreas en la que se está desarrollando el proyecto.

Son más de cuatro millones de euros los que se han destinado en Castilla-La Mancha a este proyecto de reintroducción, cofinanciados por la UE, el Ministerio de Agricultura y la el Gobierno regional. De esas 32.000 hectáras, 20 se encuentran dentro del enclave de Sierra Morena, en el que se han soltado este año los ocho linces, y de los que sobreviven seis; otras 12.000 hectáreas están ubicadas en el entorno de los Montes de Toledo. Soriano anunció que en breves se llegará a nuevos acuerdos para alcanzar otras 20.000 hectáreas.

En estas fincas se realizan diversos trabajos en común acuerdo con los propietarios para posibilitar el seguimiento de los ejemplares liberados, potenciar las las poblaciones de conejo, alimento principal del lince, y mejorar de manera general su hábitat.

Insistió la consejera en que la repoblación en los Montes de Toledo es un «acontecimiento histórico», pues se pasó de tener una de las mayores poblaciones de la Península en los años 80 a perderse todos los ejemplares que vivían en este entorno, a pesar de que es su hábitat natural.

Ahora vuelven a su «casa» para quedarse, esperemos, mucho tiempo. Al menos se ha estudiado minuciosamente la zona donde han sido soltados los primeros linces para facilitar su mejor adaptación. Tanto en Sierra Morena como en los Montes de Toledo se han llevado a cabo estudios técnicos para buscar las mejores condiciones para el lince ibérico.

«Se ha realizado un enorme esfuerzo de comunicación y difusión del proyecto entre la población afectada», destacó ayer la consejera de Agricultura, quien anunció que en breve se pondrá en marcha una exposición itinerante sobre el proyecto que recorrerá los municipios aledaños.

Llegados de Portugal

Los tres ejemplares que se soltaron en la mañana de ayer procedían del centro de recuperacón de la fauna de Silves, en Portugal; los próximos ejemplares, que se han estado criando en cautividad, procederán también de Granadilla (Cáceres), Acebuche (Huelva) y La Olivilla (Jaén).

En los próximos quince o veinte días, Kentaro, Khan y Kuna convivirán en un cercado de pre-suelta, de unas dos hectáreas, que cuenta con cámaras para vigilar si se encuentran en buen estado para posteriormente liberarlos definitivamente a terrenos abiertos. Después se hará un seguimiento a través de un collar localizador.

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