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Sin noticias del alquiler social para la familia de La Alberca

I. PACHECO

Dos meses después de que se paralizara la orden de desahucio en la vivienda de una viuda y su hijo en La Alberca de Záncara la entidad bancaria todavía no les ha ofrecido el alquiler social al que se comprometió. Así lo aseguró ayer a ABC Javier Cañaveras quien, con su madre, Ascensión, enferma de cáncer, sigue sin luz en su vivienda embargada y sobreviviendo como puede, gracias a la ayuda del pueblo y de la plataforma de afectados por la hipoteca de Cuenca, que ha vuelto a denunciar esta situación.

«Llamamos al banco y dice que han avisado al fondo social. Aquí estamos esperando la llamada», lamenta Javier, quien indica que tampoco saben nada de la luz que se comprometieron a restablecer, mientras tienen que guardar la «carne y las cosas de frío en la nevera» de las vecinas que se están portando «muy bien» con ellos.

Fue a finales del pasado mes de junio cuando se evitó el alzamiento previsto para el día 26 a las 13.00 horas. Sin embargo, su historia se remonta a muchos años antes. En 1999 Ascensión y su marido contrataron una hipoteca con la entidad BBVA por un importe de 31.252,63 euros a pagar en un plazo de quince años. Durante casi una década estuvieron haciendo frente a las mensualidad, gracias al sueldo de Telesforo. En 2008 tras la enfermedad y el fallecimiento del cabeza de familia, la mujer se quedó sin ingresos al no estar casados. Eran pareja de hecho y no les reconocieron la pensión de viudedad. A partir de entonces, la familia sobrevivió como pudo. Ascensión tiene cinco hijos.

La deuda pendiente

La situación les impide hacer frente a las cuotas. Les quedaban por pagar 12.918 euros. Junto con los intereses ordinarios y de demora el total pendiente es de 16. 333 euros. En 2009 recibieron la notificación del juzgado de San Clemente para el embargo. Con 426 euros de subsidio no pueden pagar la hipoteca ni la luz. Su hijo, con trastorno bipolar y algunos problemas de salud, tampoco puede acceder al mercado laboral. Además, debido a las enfermedades crónicas que ambos padecen, los gastos de farmacia son considerables cada mes.

Así las cosas, Patricia Gallardo, una de las portavoces de PAH, indica a este periódico que volverán a presionar a la entidad «si no cumplen con lo que ya prometieron en su día». «Queda muy bonito decir en prensa: BBVA paralizamos un desahucio y ofrecemos alquiler social», y luego «vemos que después de dos meses no hay ninguna comunicación».

La PAH se sigue reunido cada jueves desde hace muchos meses en el centro joven de la capital. En su último encuentro acordar promover una asociación de afectados por las «cláusulas abusivas» en su contrato hipotecario con la antigua Caja Castilla-La Mancha (grupo Liberbank).

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