Los pterosaurios también cuidaban de sus crías
Los restos de más de 200 huevos hallados en China sugiere que nidificaban en colonias
El hallazgo de toda una colección de más de 200 huevos de pterosaurio en China ha arrojado nueva nueva luz sobre los hasta ahora poco conocidos hábitos de nidificación de estos impresionantes reptiles voladores, así como sobre su desarrolllo embrionario. El descubrimiento, de un incalculable valor científico, procede de un rico yacimiento del Cretácico inferior, una época que se extiende desde hace 145 hasta hace 100 millones de años, y acaba de ser publicado por la revista Science .
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Hasta ahora, apenas si se conocían unos pocos huevos de pterosaurio en buenas condiciones de conservación y con un embrión en su interior. Tres de ellos fueron hallados en Argentina y otros cinco en China. De hecho, hasta 2004 los científicos no pudieron siquiera estar del todo seguros de que, realmente, estas criaturas ponían huevos.
Ahora, y gracias a esta nueva e impresionante colección de 215 huevos de la especie de pterosaurio Hamipterus tianshanensis, todos ellos en un mismo lugar, un nutrido equipo de investigadores dirigido por Xiaolin Wang, de la Academia de Ciencias de China, en Pekin, ha conseguido, por primera vez, hacerse una idea mucho más detallada de los hábitos de nidificación de los pterosaurios.
Los huevos, como ya se sugería en investigaciones anteriores, carecían de una cáscara dura y gruesa, como la que ostentan muchas especies de dinosaurios. Su superficie, al contrario, era lisa y blanda, más parecida a la de los huevos de los lagartos o las tortugas actuales. Este hecho llevó a los investigadores a la conclusión de que, muy probablemente, las nidadas eran enterradas, o cubiertas con vegetación, para mantener a los embriones aislados de las inclemencias del tiempo y de los depredadores.
Wang y su equipo escanearon los huevos mediante la técnica de tomografía computarizada para poder mirar dentro de ellos. Y se encontraron con que 16 de los huevos contenían restos embrionarios de variada integridad. El más completo de los embriones contenía parte de un ala y varios huesos del cráneo, además de una completa mandíbula inferior.
Las muestras de huesos de las extremidades inferiores, algunas de las cuales han permanecido intactas, estaban muy bien desarrolladas, lo cual sugiere que la especie podía beneficiarse del uso de unas patas traseras funcionales poco tiempo después de la eclosión.
Sin embargo, la estructura que sostiene el músculo pectoral parece estar mucho menos desarrollada durante la etapa embrionaria, lo que indica que, con toda probabilidad, los recién nacidos no tenían aún la capacidad de volar.
Una cría de dos años
Gracias a estos datos, los autores del artículo de Science consideran que los pterosaurios recién nacidos no eran independientes, sino que necesitaban de los cuidados paternos para lograr sobrevivir. Basándose en las marcas de crecimiento de los huesos, los investigadores estiman que una de las crías encontradas tenía ya por lo menos dos años, y que seguía creciendo en el momento en que murió, lo que confirma la idea de que los pterosaurios tenían un larguísimo periodo de incubación.
Por último, el hecho de que en una sola colección de embriones se exhiba un rango tan variado de etapas de desarrollo hace suponer que los pterosaurios, en el momento de nidificar, se comportaban como una colonia, cuidando de los recién nacidos hasta que pudieran valerse por sí mismos.
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