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Encontrada en España la garrapata más antigua del mundo

Una investigación dirigida por Enrique Peñalver ha descubierto el ejemplar más antiguo de este animal, con 105 millones de años, en la Cueva del Soplao, en Cantabria, gracias a que quedó atrapado en ámbar

Una investigación publicada recientemente por Peñalver encontró una garrapata junto a una pluma de dinosaurio (en la imagen) Ricardo Pérez-de la Fuente

EFE/ABC

Un equipo de científicos españoles ha descubierto en el yacimiento de ámbar de la Cueva del Soplao, en Cantabria, la garrapata más antigua del mundo , un atrópodo que vivió en el Cretácico hace 105 millones de años, 40 millones de años antes de que se extinguieran los dinosaurios.

Lo han anunciado en la presentación de la exposición « Amberia: el ámbar de Iberia », que estará abierta al público hasta el 25 de septiembre en el Museo Geominero de Madrid y que incluye piezas de este yacimiento cantábrico, del de San Just en Aragón y el de Peñacerrada en Álava.

La nueva pieza hallada de el Soplao es algo «excepcional» porque además de la garrapata más antigua del mundo «contiene más de cuarenta animales, como escarabajos, avispas, mosquitos, algún ácaro , pequeños colémbolos, restos vegetales y algunas partículas del suelo en el que cayó», según el investigador del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), Enrique Peñalver .

Y aunque la investigación con escáner dará más información, de momento los científicos han determinado que se trata de una garrapata macho del grupo de los «Deinocrotonidae» que no contiene sangre en su interior, ha dicho hoy en una rueda de prensa.

« Creemos que pudo caer desde un árbol -probablemente, de algún nido- hasta el suelo, donde, junto a muchos insectos, quedó atrapada en resina, una superficie pegajosa que aporta datos muy detallados del ecosistema boscoso que la generó», ha apuntado el paleoentomólogo de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) Antonio Arillo.

En los próximos meses, Peñalver y otros investigadores como Arillo y Xavier del Clos (Universidad de Barcelona) se dedicarán a estudiar este ejemplar de garrapata, que todo apunta que es -y será siempre- el ejemplar más antiguo del mundo.

El enigma de las primeras garrapatas

«Las garrapatas solo se conservan en ámbar, y el ámbar español es el segundo más antiguo del mundo (105 millones de años), por detrás de los yacimientos ambarinos del Líbano (130 millones de años), y ahí no hay garrapatas», ha subrayado Peñalver. Por lo tanto, «lamentablemente nunca sabremos cómo fueron las primeras garrapatas del mundo».

Hasta ahora, los ejemplares más antiguos de garrapata se habían encontrado en el yacimiento ambarino de Myanmar (Birmania), que es uno de los más prolíficos del mundo y que, con 99 millones de años de antigüedad, también corresponde al Cretácico.

Se alimentaban de sangre de dinosaurio

De hecho, hace pocos días, Nature Communications publicaba un estudio liderado por Enrique Peñalver, que confirmaba que las garrapatas se alimentaban de la sangre de los dinosaurios hace 100 millones de años.

La investigación adjuntaba una pieza de ámbar (resina fosilizada) de Myanamar en la que había quedado capturada una garrapata adherida a una pluma de dinosaurio , la primera evidencia de la interacción entre ambos grupos.

El mismo trabajo analizaba también varias garrapatas aisladas (todas ellas de Myanmar) y establecía que dichos artrópodos pertenecían a un nuevo grupo de garrapatas bautizados como «Deinocrotonidae».

Tras los yacimientos de Cantabria, Aragón y Álava, además de los de Birmania y Canadá -todos ellos del Cretácico-, también son importantes los del Báltico, México y República Dominicana, que van desde los 42 millones de años a los 20 millones de años de antigüedad.

Sin embargo, estos yacimientos no contienen información sobre los dinosaurios sino de los primeros mamíferos, que fueron ganando terreno tras la desaparición de los reptiles.

La exposición que empieza este jueves en el Museo Geominero madrileño es una muestra de los seres vivos que ocupaban la península Ibérica en el Cretácico, una época en la que España era una isla poblada por bosques resiníferos muy particulares que dieron lugar al ámbar que ahora, gracias al trabajo de los científicos, revela cómo eran los organismos del pasado y cómo han evolucionado.

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