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El dinosaurio al que le salieron dientes 200 años después

Científicos realizan nuevos hallazgos en una famosa mandíbula de megalosaurio desenterrada en 1824

El megalosaurio tal y como los paleontólogos victorianos creían que era (derecha) y tal y como se describe en la actualidad (izquierda) U. Warwick/Mark Garlick

ABC.es

El megalosaurio es un viejo conocido de los paleontólogos, tanto que fue el primer dinosaurio descrito científicamente y que recibió un nombre en todo el mundo. Pero ahora, casi 200 años después de que unos famosos restos de la especie fueran descubiertos, los científicos se han dado cuenta de que se les había pasado algo por alto. Una tecnología pionera de imagen digital en 3D desarrollada por la británica Universidad de Warwick ha permitido observar el interior de la mandíbula del animal con gran detalle por primera vez. Y resulta que, bien escondidos en el fondo, tenía cinco dientes que nunca antes se habían visto .

Quizás el número de dientes parezca algo anecdótico, un detalle sin importancia, pero no lo es. El nuevo hallazgo demuestra una vez más que la imagen que tenemos de los dinosaurios puede ser bastante diferente de lo que era en realidad. Cada nuevo descubrimiento ayuda a cambiar un rasgo. Solo hay que ver la imagen que ilustra estas líneas, en la que a la derecha aparece el megalosaurio tal y como los paleontólogos victorianos creían que era, y a la izquierda, tal y como se describe en la actualidad. Nada que ver.

El megalosaurio, cuyo nombre significa «gran lagarto», vivió en el período Jurásico Medio, hace aproximadamente 167 millones de años. Era un dinosaurio carnívoro, medía alrededor de 9 metros de longitud y pesaba 1,4 toneladas. El fósil de la mandíbula estudiado es muy famoso, fue hallado en Stonesfield, cerca de Oxford en 1824, y se conserva en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford .

Los investigadores realizaron más de 3.000 imágenes de rayos X del hueso del megalosaurio y crearon una imagen digital tridimensional. En un nivel de análisis sin precedentes, el equipo fue capaz de ver el interior del hueso maxilar, por primera vez, trazando las raíces de los dientes. De esta forma, también observaron que la muestra sufrió algunos daños cuando fue retirada de la roca, posiblemente poco después de ser descubierta.

Los registros en el museo donde se guarda el fósil sugieren que algunas obras de restauración podían haber sido llevadas a cabo por un asistente del centro entre 1927 y 1931, mientras se reparaba la muestra para su exhibición, aunque no hay detalles acerca de la magnitud de las reparaciones o los materiales utilizados.

La mandíbula del megalosaurio U.W.

Unos diminutos, otros gastados

Las exploraciones revelaron dientes nunca antes vistos que estaban creciendo en lo profundo de la mandíbula antes de la muerte del animal, incluidos restos de viejos dientes gastados y también otros diminutos que comenzaban a crecer.

Los escáneres también muestran la verdadera magnitud de las reparaciones en el fósil por primera vez, revelando que puede haber habido al menos dos fases de reparación, utilizando diferentes tipos de yeso.

«Ser capaz de utilizar una tecnología normalmente reservada para la industria aeroespacial y la ingeniería de automoción para analizar una muestra de historia natural tan rara e icónica ha sido una oportunidad fantástica», dice Mark Williams, profesor de Warwick. «Cuando era niño estaba fascinado con los dinosaurios y recuerdo claramente haber visto imágenes de la mandíbula del megalosaurio en los libros. Tener acceso a examinarla en la realidad ha sido una experiencia increíble».

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