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¿Qué sabes de los experimentos de Mendel?

El fraile austríaco, «padre» de la genética, descubrió que la herencia no se producía por azar o capricho divino, sino que respondía a unas leyes determinadas

¿Qué sabes de los experimentos de Mendel? Archivo

abc.es

Quizás recuerdes de tus libros de texto del colegio un curioso esquema piramidal con guisantes o ratones, unos saliendo de otros, en distintas combinaciones y con distintos resultados y colores. Ese dibujo ilustraba los descubrimientos de un monje austríaco llamado Gregor Mendel quien, a mediados del siglo XIX, se percató mientras trabajaba en el huerto de su abadía de que la herencia respondía a unas leyes concretas (llamadas las Leyes de Mendel) y no al azar o a los caprichos de los dioses, como se creía hasta entonces.

Solo por curiosidad -era un apasionado de las ciencias naturales-, el fraile agustino realizó cruces con guisantes y con ratones y vio que los rasgos se heredaban en determinadas proporciones numéricas. Entendió que algunos rasgos son dominantes y otros, en cambio, recesivos. Entonces inició un curioso experimento científico durante siete años, durante los cuales estudió los cruces de la planta del guisante común (Pisum sativum). Identificó siete características de los guisantes, como el color de la flor, la longitud del tallo, la forma de la semilla o el color del guisante, entre otras. De esta forma, pudo determinar cuáles era dominantes (aparecían aunque solo las tuviera uno de los padres) y cuáles recesivas (solo aparecen si las tienen los dos progenitores). Con ello, Mendel podía saber cuál era la probabilidad de que el descendiente tuviera un aspecto concreto.

Las tres leyes

El religioso concluyó que la herencia depende de los genes, que se heredan de los padres y que, aunque el rasgo no se haga visible, puede ser transmitido a la siguiente generación. Estableció tres leyes, que son la primera ley o principio de la uniformidad (cuando se cruzan dos individuos de raza pura, los híbridos resultantes son todos iguales), segunda ley o principio de la segregación (ciertos individuos son capaces de transmitir un rasgo aunque en ellos no se manifieste) y tercera ley o principio de la combinación independiente (que se refiere al cruce polihíbrido).

En 1865, Mendel presentó los resultados de sus experimentos ante la Sociedad de Historia Natural de Brünn y un año después los publicó en sus anales. En 1868, Mendel fue nombrado abad y dejó de realizar trabajos científicos. El «padre» de la genética murió el 6 de enero de 1884 tan humilde como había vivido toda su vida.

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