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Resuelto el misterio del dinosaurio de las «manos horribles»

Fósiles descubiertos en Mongolia y otros recuperados de coleccionistas revelan cómo era en realidad el aspecto de esta enigmática especie de hace 70 millones de años

Resuelto el misterio del dinosaurio de las «manos horribles» Michael Skrepnick

j. de j.

En julio de 1965, una expedición paleontológica polaca encontró en Mongolia un par de patas delanteras monstruosamente grandes: 2,4 metros de largo, el récord para un animal bípedo. No aparecieron más restos, apenas unas vértebras y unas pocas costillas, pero los científicos tenían algo suficientemente distintivo para concluir que esos huesos pertenecían a una especie hasta entonces desconocida bautizada como Deinocheirus mirificus (rara mano horrible), un dinosaurio terópodo , del mismo grupo del que descienden las aves modernas. Eso sí, aparte de que tenía unos brazos gigantescos, era imposible recrear el resto de su anatomía.

Cincuenta años después, científicos del Instituto de Geociencia y Recursos Minerales de Daejeon, en Corea del Sur, y de la Universidad de Maryland (EE.UU.) han conseguido completar el puzzle de este misterioso dinosaurio. Con piezas desenterradas de Mongolia y la recuperación de un cráneo y una mano que habían sido vendidos a coleccionistas privados, los investigadores han dado forma a los esqueletos de dos especímenes casi completos.

Recreación del dinosaurio

El resultado es un animal de peculiar aspecto, el miembro más grande de los ornitomimosaurios, un grupo de dinosaurios que recuerda a las modernas avestruces. Destaca en su fisonomía un hocico prolongado , sin dientes, ensanchado hacia los lados, como también lucían sus contemporáneos hadrosaurios (como los herbívoros pico de pato); una mandíbula inferior particularmente masiva y una gran vela sobre la espalda formada por su espina neural. Sus caderas generosas y anchos y cortos pies indican que se movía despacio. Los autores del estudio, publicado en la revista Nature , creen que uno de los ejemplares medía 11 metros de longitud y tenía un peso estimado de 6.358 kilos.

El Deinocheirus parecía bien provisto para vivir junto a los ríos. Su pico de pato podía haberle ayudado a buscar comida en el fondo de las corrientes y los huesos romos y aplastados bajo sus garras podían haberle evitado resbalar en el suelo húmedo. Restos de peces fueron encontrados en lo que debía de ser el estómago, pero este animal también tenía rasgos relacionados con el consumo de vegetales, lo que sugiere que era omnívoro.

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