Hazte premium Hazte premium

Resuelto el misterio de las piedras reptantes del Valle de la Muerte

Investigadores ven por primera vez cómo estas rocas se mueven solas y, por fin, dan una respuesta al enigma

Resuelto el misterio de las piedras reptantes del Valle de la Muerte archivo

judith de jorge

Después de más de setenta años de especulaciones de todo tipo, desde fenómenos paranormales, magnetismo e intervenciones alienígenas a las más diversas teorías geológicas, investigadores estadounidenses creen haber resuelto, por fin, el misterio de las piedras reptantes que se mueven solas en el Valle de la Muerte , California (EE.UU.). Estas rocas de todos los tamaños parecen cobrar vida en Racetrack Playa, un lago seco y plano a 1,130 metros sobre el nivel del mar en el que dejan un rastro de movimiento, como si se desplazaran a placer. Las huellas dejadas en el suelo pueden ir en línea recta o ser curvas, prolongarse hasta decenas de metros y mezclarse unas con otras. ¿Cómo es posible?

Hasta ahora, a pesar de toda la atención que han suscitado, nadie había visto realmente cómo se mueven las rocas. Pero el pasado mes de diciembre, Richard Norris, oceanógrafo del Scripps Institution of Oceanography en La Jolla (California) y su primo James Norris, ingeniero, se convirtieron en los primeros testigos e incluso captaron imágenes del fenómeno en acción. Armados con cámaras time-lapse, una estación meteorológica y GPS, registraron la primera observación científica directa de los movimientos de las piedras.

Hipótesis previas achacaban este movimiento a fuertes vientos o a un hielo espeso en la superficie de la playa, pero los Norris se dieron cuenta de que no hace falta tanto. Según explican en un estudio publicado en la revista PLoS ONE , el proceso ocurre de la siguiente forma: la lluvia deja una capa de agua sobre la superficie seca de Racetrack Playa, creando un finísimo lago superficial. Cuando cae la noche, bajan las temperatura y el agua se congela, de manera que se forma una capa de hielo tan delgada como un cristal, de entre 3 y 6 mm, en la que las rocas quedan atrapadas.

Pero bien entrada la mañana, el hielo comienza a derretirse y se quiebra. Solo hace falta un viento suave de unos 5,4 m/s para mover las placas heladas, que se desplazan a bajas velocidades de entre 2 y 5 metros por minuto. La trayectoria está determinada por la velocidad del viento y la del agua que fluye bajo el hielo, de ahí que sean tan variables. Los investigadores vieron moverse más de 60 rocas. A finales del invierno, se percataron de que la roca más viajera se había trasladado 224 metros.

Un fenómeno raro

Pero, ¿por qué estos investigadores han tenido tanta suerte y otros, que han intentado capturar las rocas en movimiento, nunca han visto nada? El Valle de la Muerte, como su nombre indica, no es el lugar más agradable del mundo y permanecer allí para hacer las observaciones suficientes requiere demasiada energía y paciencia, además de tener la suerte de dar con las condiciones meteorológicas adecuadas para el fenómeno. Además, el movimiento no es muy habitual. Según explica a la web de Nature Ralph Lorenz, un científico planetario que ha participado en las observaciones, las rocas se mueven raramente , «quizás unos pocos de minutos de un millón».

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación