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La criatura sin cerebro que puede estornudar

Investigadores graban en vídeo el estornudo de una esponja, que demuestra que estos organismos tienen un sistema sensorial más complejo de lo que se creía

abc,es

Investigadores de la Universidad de Alberta (Canadá) han grabado en vídeo el estornudo de una esponja . Parece una extraña forma de pasar el tiempo, pero la reacción de este animal, uno de los organismos multicelulares más sencillos de la Tierra, esconde algo sobre lo que los científicos pueden ponerse a pensar. La esponja no tiene un sistema nervioso, así que, ¿cómo puede responder a cambios en el entorno con un estornudo, como hacen otros animales? Los científicos creen que esta reacción es la evidencia de que disponen de un órgano sensorial.

«El estornudo puede decirnos mucho sobre cómo funciona la esponja y cómo responde al medioambiente», dice Danielle Ludeman, autora del estudio. Las esponjas son filtradoras y requieren del flujo del agua a través de su cuerpo para alimentarse, obtener oxígeno y eliminar desechos. Los estornudos, un proceso de 30 a 45 minutos que provoca que todo el cuerpo de la esponja se expanda y se contraiga, le permiten responder a estímulos físicos, como sedimentos en el agua.

Para su estudio, el equipo incitó a esponjas de agua dulce a estornudar utilizando una variedad de sustancias, y observaron el proceso con tintes fluorescentes. Los experimentos fueron grabados en vídeo en Time-lapse (una imagen cada 30 segundos). Sus esfuerzos se centraron en el osculum de la esponja, una especie de estructura excretoria que controla el agua que sale del organismo, incluyendo el agua expulsada durante un estornudo.

Un órgano sensorial

Los investigadores descubrieron que las células ciliadas que recubren el osculum juegan un papel fundamental en el desencadenamiento de los estornudos. Por ello, creen que el osculum actúa como un órgano sensorial. «Para una esponja tener un órgano sensorial es totalmente nuevo. Esto no aparece en los libros de texto, no cabe en el concepto de nadie de lo que se supone que debe tener una esponja», reconoce la bióloga Sally Leys, que supervisó el estudio.

Leys cree que el descubrimiento plantea nuevas preguntas sobre cómo los sistemas sensoriales pueden haber evolucionado en la esponja y en otros animales, incluidos los que tienen sistemas nerviosos. A su parecer, es posible que este sistema sensorial sea exclusivo de la esponja, evolucionando a lo largo de los últimos 600 millones de años. O puede ser la evidencia de un mecanismo común compartido por todos los animales, y retenido en la historia evolutiva, como demostración de su función esencial.

Estos descubrimientos aparecen publicados en BMC Evolutionary Biology.

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