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Pintan la «Mini Lisa», el cuadro más pequeño del mundo, más fino que un cabello

Diseñan una «Gioconda» de 30 micras de ancho con un microscopio de fuerza atómica

Pintan la «Mini Lisa», el cuadro más pequeño del mundo, más fino que un cabello Instituto de Tecnología de Georgia

josé manuel nieves

Investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia (Estados Unidos) han logrado «pintar» la famosa «Gioconda» de Leonardo Da Vinci en una superficie de 30 micras de ancho , lo que equivale a un tercio de la anchura de un pelo. La micra es una unidad de longitud que representa la milésima parte de un milímetro.

El equipo que creó la denominada «Mini Lisa» ha usado una técnica susceptible de ser utilizada en la fabricación de dispositivos. La imagen fue diseñada con un microscopio de fuerza atómica en un proceso de nanolitografía termoquímica . Píxel a píxel, los investigadores colocan un voladizo calentado en la superficie del sustrato para crear una serie de reacciones químicas. Solamente con la variación del calor se controlan el número de nuevas moléculas creadas. Los tonos más claros de gris, como en la frente o las manos, se provocan con más calor. Los tonos más oscuros del vestido y el cabello se elaboran con menos calor. Cada píxel está separado por 125 nanómetros. El nanómetro es un mil millonésima parte de un metro.

« Al ajustar la temperatura, nuestro equipo manipula las reacciones químicas para producir variaciones en las concentraciones moleculares a escala nanométrica. El confinamiento espacial de estas reacciones proporciona la precisión necesaria para generar imágenes químicas complejas como la Mini Lisa», explica Jennifer Curtis, autora principal del estudio .

La producción de gradientes y las variaciones en la escala submicrométrica son difíciles de conseguir con otras técnicas. «Prevemos que puede ayudar a la conductividad del grafeno. Esta técnica debe permitir una amplia gama de experimentos y aplicaciones en campos que antes eran inaccesibles como la nanoelectrónica, la optoelectrónica y la bioingeniería », dice Curtis.

Otra ventaja, según Curtis, es que los microscopios de fuerza atómica son bastante comunes y el control térmico resulta relativamente sencillo. Por lo tanto no sería complicado encontrar el enfoque adecuado para los experimentos en laboratorios .

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