La noche y el día

Los vestidos de noche son siempre un favorito del público porque suponen el toque espectacular de la moda. Pero este primer día de la semana de la moda de Madrid ha ofrecido tanto espectaculares vestidos de noche como afortunados conjuntos de día.

Ángel Schlesser , dio una lección de estilo repasando muchos de sus clásicos, para vestir de la mañana a la noche. Un Juanjo Oliva mesurado y depurado, se lució con su especialidad: los vestidos largos; desfilaron exquisitos modelos en tejidos ligeros monocolor, siempre con la impronta de Oliva: un volante, un hombro asimétrico, un «je ne sais quoi» que le distingue.

Hannibal Laguna llevó la noche hasta extremos impensables. El venezolano de origen 50% valenciano y 50% almeriense, y residencia levantina ,mostró de nuevo que sabe coser y cortar como pocos: no fueron en vano sus estudios de sastrería en Milán y se notan sus años de profesión. Laguna puede conseguir cualquier forma que se proponga en un permanente ejercicio de malabarismo de corte y confección. Sus modelos pueden ser prendas rígidas -casi esculturales- o delicados vestidos vaporosos.

Pero quizás ayer, Hannibal Laguna se lanzó en exceso en los brazos de la pedrería y los brillos , con una colección excesivamente ochentera que abusaba del dorado; una serie de modelos, que bien podrían servir para las burbujas de Freixenet del anuncio del año que viene. Destacaron por su belleza varios vestidos de escote halter con caídas de muselinas en capas. El modelo más sutil, fue un sencillo vestido ceñido largo y recto con la espalda descubierta. Laguna lució por sus accesorios, pochettes de mano y sandalias espectaculares, que a partir están a la venta en su nueva tienda de accesorios, en el número 58 de Claudio Coello.

Juan Duyos se superó a si mismo con una completísima colección que tocaba todos los palos . Duyos, muy conceptual en otras ediciones, ha tomado un giro más comercial, dentro de seguir manteniendo su peculiar estilo gráfico. El abrigo capa en blanco y negro fue una apertura de oro; Los vestidos rectos con echarpes de piel cruzados, fueron un invento que ya hubieran querido idear en los años 20 las “flappers” más famosas. Los pantalones, fueron un ejemplo de como crear una prenda para la noche y el día. Entre sus atuendos mejor combinados, el pantalón de campana color oro con la chaqueta de pieles color lila.

Montesinos, cual fuerza de la naturaleza, cerró el día con un desfile lleno de tracas. Comenzó con un portal de corte corona de paso de Semana Santa, de donde apareció un dúo bailando flamenco. Más tarde, una serie de vestidos de punto blanco en red, seguidos de conjuntos de pantalones azules como los de la caballería de las películas del Oeste americano; vestidos de corte centroamericano y volantes, con vuelo y dibujos xxll, prendas doradas con piezas de cadenas de corte Paco Rabanne, capa de caperucita feroz maximalista y finalmente, una novia «derviche» con tocado de nazareno. Genialidad a raudales. Show y maximalismo ilustrado.