Jordi Portabella, jefe de filas de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, no será el candidato de la formación republicana en las próximas elecciones municipales en la capital catalana. Al frente del grupo desde la las elecciones de 1999, el mal resultado de los comicios de 2011, y el proceso de renovación de listas que preconiza el líder de la formación, Oriol Junqueras, han llevado a Portabella a «dar un paso atrás».

Su renuncia abre paso al diputado de ERC en el Congreso de los Diputados Alfred Bosch, que cuenta con el aval de la dirección del partido. Bosch ya anunció al presentar su candidatura que no contaba con Portabella, una renuncia que consideraba imprescindible para consolidar la imagen de renovación que preconizan. Bosch, no obstante, podría tener que enfrentarse en primarias al alctual líder de ERC en la capital catalana, Oriol Amorós, que ayer mismo rechazaba incorporarse como número dos a la lista de Bosch, y podría anunciar también su candidatura.

La renuncia de Portabella se produce precisamente en un momento en el que ERC se siente incluso capaz de ganar la alcaldía de Barcelona una vez el partido se impuso por primera vez en la capital catalana, y en el conjunto de la comunidad, en las pasadas europeas. «La estrategia exitosa de apertura que ha llevado a cabo el partido obligaba a hacer una reflexión personal sobre mi persona», ha explicado Porabella. El republicano ha reconocido que le da «rabia» tener que renunciar cuando precisamente las expectativas son altas, pero que para consolidar esta tendencia debe presentarse una cara nueva.

Portabella ha asegurado que cuando termine el mandato, en mayo del próximo año, se pondrá a «buscar trabajo». No obstante, se da por descontado que el partido, y más después de un paso atrás más o menos pactado con la dirección, podrá buscarle un destino. «Contamos con gente con mucha experiencia pero todavía joven. Contamos con él para el futuro», ha añadido Junqueras.

La disyuntiva que se le presenta ahora al partido, si finalmente Amorós se presenta, es escoger entre un candidato ahora con más tirón mediático, Alfred Bosch, frente a uno con un profundo conocimiento de la ciudad pero con menos proyección pública, como Amorós.