El Zoo de Barcelona tendrá un nuevo delfinario más grande, pero sin «shows»

Sònia Recasens, teniente de alcalde de Economía del Ayuntamiento de Barcelona y presidenta del Zoo de Barcelona, ha destacado que esta mejora será « la principal novedad en las próximas décadas en el zoo» y ha señalado que el consistorio barcelonés toma parte en el debate sobre las exhibiciones de animales y se pone «al lado de los que creen que el manejo ya es exhibición». Por eso, «se pondrá fin a las clásicas exhibiciones con el público en las gradas», ha sentenciado.

La directora del zoológico ha admitido durante el balance del Zoo de 2003 y las novedades de cara a este año «un cambio de orientación» respecto a la gestión de este nuevo emplazamiento, ya que en un primer momento el gobierno municipal quería construir y gestionar el nuevo delfinario en el marco de una colaboración público-privada fuera del perímetro del parque.

En 2013 1.113.724 personas visitaron el Zoo, según ha detallado Recasens, la segunda cifra más alta de su historia después de los 1.164.027 de 2011. Respecto a este año, la edil ha destacado que será «un año de obras en el zoo», entre las que ha destacado precisamente el nuevo delfinario pero también la construcción de los nuevos espacios de orangutanes y Sabana, que empezará en junio y acabará a finales de año o principios de 2015.

El nuevo delfinario tendrá 2.083 metros cuadrados y estará formado por cuatro piscinas naturalizadas al aire libre de cinco metros de profundidad, 1,5 metros mas que las actuales, alrededor de las cuales habrá un circuito que permitirá su visión subacuática, y un espacio para proyecciones en 4D. La ubicación elegida es la plaza en la que se encuentra la escultura de la Dama del Paraguas, que se reubicará pero toda´ia no se sabe si dentro o fuera del Zoo.

Para construirla hará falta derribar el tanque donde se encuentran los leones marinos, que serán enviados a otro zoo mientras duren las obras. Por contra, los seis delfines del zoo barcelonés permanecerán en su actual instalación hasta que se trasladen a la nueva.

El inicio de la obra, que durará 20 meses, está condicionado por la excavación arqueológica de los restos del baluarte de la Ciutadella que está previsto que terminen a mediados de 2015, según ha informado EFE.