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tribuna abierta

El inmovilismo no es la solución

Hoy se divisa un país -ahora sí- dividido, una sociedad crecientemente polarizada y se apunta un desgobierno aún mayor del que ha reinado en los últimos años

esther niubó

El domingo se celebraron en Cataluña unas elecciones que marcarán el futuro político del país. Los que las plantearon fraudulentamente en términos de plebiscito deberán asumir la realidad: que los votos por la independencia no consiguen el 50% necesario para hacer avanzar la opción de ruptura con España. Pero no sólo eso, la lista que aglutina a CDC, ERC y a otros partidos soberanistas, junto con personas independientes, tampoco logran superar los 62 escaños y retroceden posiciones desde 2012 (donde obtuvieron 71 separadamente), cuando históricamente ERC y CiU siempre habían sumado mayoría absoluta en el Parlament de Cataluña.

Por otro lado, el incremento de la participación (que llega a la cuota histórica del 77.4%) favorece a Ciudadanos (C’s) que recoge el voto de quienes equivocadamente pensaron que era el voto útil contra Artur Mas y la independencia.

En este escenario de polarización de la campaña y de emergencia de nuevas fuerzas políticas, después de haber sufrido una escisión interna, el Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC) consigue mantener casi el mismo nivel de votos que en 2012 y se consolida como tercer partido en el Parlament, y como principal partido de izquierdas, catalanista no independista, superando la lista de ICV-EUiA y Podemos, que se desinfla y hace un peor resultado incluso que la antigua ICV-EUiA, y que la CUP, quien con sus 10 escaños consigue tener la llave de la investidura.

No obstante, si hay un claro perdedor de las elecciones catalanas es sin duda el PP, que con su posición inmovilista y radical sólo ha conseguido el abandono de sus votantes que en gran medida se han refugiado en el otro partido de derechas catalán que es C’s.

Varias evidencias se desprenden de este análisis: si estas elecciones hubieran sido el plebiscito que los independentistas defendieron, habría un claro perdedor que es Artur Mas, que sale nuevamente debilitado de unos comicios que él mismo convoca. Pero como efectivamente defendimos los socialistas, se trataba de escoger nuevo parlamento y de formar un gobierno. Y ahora tocará a los ganadores de estos comicios intentar formar un gobierno con un programa, cosa nada fácil sabiendo que dependen de la CUP. Y es que pocos elementos permiten pensar que Artur Mas pueda finalmente repetir como presidente o incluso descartar nuevas elecciones autonómicas en pocos meses.

En definitiva, hoy se divisa un país -ahora sí- dividido, una sociedad crecientemente polarizada y se apunta un desgobierno aún mayor del que ha reinado en los últimos dos años. No avanzar pero no hacer nada no basta, y las necesidades del país no pueden esperar ya por más tiempo.

Por un lado, el próximo gobierno debe priorizar una salida justa a la crisis con menos desigualdades y la creación de empleo digno (y no precario como el que ha generado la contrarreforma laboral aprobada por el PP y CiU), la recuperación y protección de unos servicios públicos y sociales muy deteriorados por años de desinversión de los gobiernos de Artur Mas y la lucha contra el fraude y la corrupción.

Y por otro lado y fundamental, para los y las socialistas sólo se podrá salir del atolladero con respeto, con mucha escucha y con el máximo diálogo para coser por dentro un país fracturado social y políticamente, y también para fuera tendiendo puentes con el conjunto de España. Entre el inmovilismo y la negación de la realidad que ha practicado el gobierno del PP y el abismo que proponen los independentistas debe imponerse una reforma en profundidad del pacto constitucional que entre todos deberemos acordar. Y sólo un cambio en el gobierno de España liderado por los socialistas hará posible abrir este espacio de negociación y de acuerdo para dejar atrás la insatisfacción, la fatiga y la división, y recuperar un gobierno respetuoso que trabaje por la convivencia y la justicia social.

Esther Niubó es portavoz del PSC.

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