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el oasis catalán

CDC

Convergència puede despeñarse. La prueba la brinda el propio partido con el anuncio de «refundación»

miquel porta perales

Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) está al borde del precipicio. Y puede despeñarse. Señalan los convergenciólogos que el secreto del éxito de CDC se explica en función de los cuatro elementos fundamentales que definirían el partido. A saber: catalanismo, moderación, pragmatismo y transversalidad. La quiebra de CDC -de los 62 escaños de 2010 a los 50 de 2012 y la cosa sigue bajando según avanzan las encuestas- obedecería a la metamorfosis de un partido que, abandonando el ideario fundacional, ha devenido independentista, radical, soñador y unidireccional. Esto es, por convicción o interés -o por convicción e interés-, CDC ha abandonado el pactismo y ha puesto la directa en la vía de la independencia. Y eso tiene sus consecuencias.

A ello, hay que sumar ese asunto «privado» que es el «caso Pujol». Y eso también se paga. ¿O es que alguien cree que el descrédito del referente y fundador de CDC -padre político de Artur Mas que no hace mucho declaró que era independentista porque no veía ninguna razón para ser lo contrario- no cuenta nada? Por lo demás, la plataforma centrista que anuncia Duran Lleida -en un contexto en el que CDC se aproxima a ERC y está atrapada por la ANC- puede convertirse en una pista de aterrizaje de los moderados que quieren fugarse del partido que hoy dirige Artur Mas.

La prueba del descalabro de CDC la brinda el propio partido con el anuncio de «refundación». Un proceso -¿dónde está el derecho a decidir de la militancia?- sin primarias ni congreso extraordinario. Los dirigentes de ayer y hoy que están al frente de CDC, ¿la pueden refundar? ¿Acaso cambiarán el programa «nacional»? Si algo cambia, será para salvar el pellejo y la silla. En el mejor de los casos, la refundación será un paraguas o un paracaídas. En cualquier caso, CDC -hipótesis del paraguas- quedará una inundada o -hipótesis del paracaídas-sufrirá un cachiporrazo al aterrizar en el suelo. Adiós, CDC. Ya lo dijo el clásico: los experimentos se hacen en la cocina y con gaseosa.

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