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josé antonio alcina, SECRETARIO AYUDANTE DEL HEREDERO

«Don Felipe será mediador y árbitro para mantener la unidad e integridad de España»

Fue el más cercano colaborador del Príncipe de Asturias durante 10 años y pasó 18 al servicio de la Corona. Alcina conserva imborrables, como militar con galones que es, su amistad y recuerdo del Rey mejor formado, en buena medida gracias a él

«Don Felipe será mediador y árbitro para mantener la unidad e integridad de España» fotos: archivo personal del autor, josé antonio alcina

érika MONTAÑÉS

José Antonio Alcina del Cuvillo (Cádiz, 1936) asiste estos días como espectador de los primeros pasos como Rey de quien fuera su pupilo en la adolescencia, aquel muchacho al que retrata con algunas dificultades en materias como las Matemáticas, pero que como él ya advertía pronto se reveló como un alumno disciplinado, nacido para ser Rey, preparado para ejercer, formado como Heredero de la Corona de España . En el currículo de este militar, proveniente del Cuerpo de Infantería de Marina, que pasó cinco años en la Escuela Naval Militar, ascendió a teniente y fue destinado al Grupo Especial en San Fernando, con numerosos años de experiencia acumulada entre Estados Unidos y España, figura un galón grabado con letras de oro: fue nombrado en 1978 como ayudante de Campo de Su Majestad el Rey Juan Carlos I. Durante seis años, desempeñó esa labor hasta que recibió el encargo más exigente: el Monarca que acaba de abdicar en su hijo le confió la tarea de velar «con proximidad» por la educación del entonces Príncipe de Asturias. Actualmente retirado y con cuatro hijos, el teniente Alcina fue designado un lustro después ayudante-secretario de Don Felipe y hasta 1993 fue el muñidor de parte del proceso formativo del hijo de Doña Sofía y Don Juan Carlos.

En 2004, plasmó su dilatada trayectoria de 18 años al servicio de la Corona en un arduo libro de 700 páginas publicado por La Esfera de los Libros que, una década después, vive en plena reedición porque los acontecimientos se han desbocado y, caprichosos, han querido que en 2014 ese libro ribeteado como «Felipe VI: así se formó el príncipe Heredero» yazca ya como obsoleto y en su lugar se recree una portada impresa en realidad que lleva por título «Felipe VI: la formación de un Rey».

Contesta en medio de los avatares de un viaje y de reclamos reiterados de los medios y compromisos con la editorial. Alcina goza de buena memoria. Apasionado del flamenco y la pintura, se detecta que conserva, a sus 78 años y más de veinte desligado -parcialmente- de la Zarzuela, todavía intacta una debilidad: su Príncipe ayer, hoy Monarca, Felipe VI de España. -¿Cómo vio uno de sus grandes formadores el discurso ya histórico de la proclamación del nuevo Rey? ¿Qué le sorprendió y llamó la atención, si hubo algo?

-El discurso de la proclamación me gustó tanto por la forma como por el fondo. Don Felipe, después de sus años de práctica, ha ganado en capacidad de expresión. Ha mejorado su dicción, sabe ganar la atención de la audiencia, habla con claridad y convicción y emplea el tono adecuado en cada momento en su discurso. Al oírlo, uno tiene la sensación de que está convencido de lo que dice y así lo transmite a su audiencia. Desde aquellos años que se describen en mi libro, su forma de expresión ha mejorado muy sensiblemente y es muy normal apreciar esta mejora en los comentarios de la gente.

Ha mejorado su dicción, sabe ganarse a la audiencia y habla con claridad y convicciónEn cuanto al fondo de su discurso, no recuerdo ahora cada uno de los diversos temas a los que hizo referencia, pero podría destacar la amplitud y la importancia de los mismos. Entre ellos los que más me llamaron la atención fueron los que se refirieron al agradecimiento a sus padres por su dedicación y entrega durante sus largos años de servicio a España y a la Corona y en especial, a su madre la Reina, Doña Sofía, y a su reconocimiento a los españoles y su deseo de estar a la altura el día de mañana para obtener de ellos su afecto y respeto de acuerdo con sus obras y servicios prestados a España como Rey y Jefe de Estado. Para mí, tuvo especial significación su referencia a la necesidad de la honradez, la honestidad, la dignidad y la transparencia que debían estar presentes en todas sus actuaciones en el futuro para ganarse el afecto y el respeto de los españoles.

-Se habla mucho estos días de las cualidades del Rey, de la preparación de la que usted es copartícipe. Querría saber qué recuerda que se le diese mal, póngale algún pero...

-Don Felipe reúne un amplio conjunto de cualidades que le hacen ser una persona de carácter entrañable y estar preparado para la alta misión que le corresponde desarrollar al cumplir las funciones que le marca la Constitución. A este respecto, en su discurso de proclamación ha expuesto calramente cuáles son estas funciones y su expreso deseo de no sobrepasar en ningún momento las líneas rojas que ellas le imponen. No encuentro, sinceramente, ninguna característica o falta de aptitud digna de mención y, aún en el caso de que tuviera alguna, sería por mi parte una falta de delicadeza y de respeto exponerla aquí. Creo que en estos momentos de alegría y celebración en los que se produce el relevo en la Jefatura del Estado tenemos que destacar más las cualidades positivas de nuestro Rey y olvidar aquellas otras negativas que, en todo caso, son instrascendentes e insignificantes.

-Si tuviese que quedarse con un calificativo o una definición del nuevo Rey, ¿cuál sería?

-Don Felipe reúne muchas cualidades humanas y «profesionales», pero si queremos sintetizarlas en pocas palabras yo diría que éstas podrían ser: inteligencia, capacidad de reflexión, sentido de la responsabilidad, capacidad de sacrificio, voluntad y determinación, capacidad de trabajo, sentido del deber, moderación y respeto por las opiniones de los demás.

-¿Cuál cree que es el gran reto que tendrá que afrontar como Rey y cuál es de entre ellos el que a usted le preocupa más?

-Los retos que se le presentan al nuevo Rey son varios y se pueden extraer de sus propias palabras en el citado discurso. Entre todos ellos, el propio Don Felipe ha expresado el que se refiere a la necesidad de mantener la unidad e integridad de España respetando la diversidad dentro de ella. Don Felipe ha sido claro y explícito en exponer su papel de mediador y arbitraje para mantener el adecuado funcionamiento de las instituciones del Esatdo y en reconocer la independencia de los tres poderes fundamentales. En mi modesta opinión, esa unidad territorial hoy amenazada por cierta clase política es el mayor problema que se presenta no solo ante el Rey, sino ante toda la clase política y ante los españoles. Sería para mí una osadía y una irresponsabilidad dar consejos sobre las medidas a tomar ante este ciego desafío. Don Felipe está rodeado de un equipo de asesores y colaboradores internos y externos que podrán ayudarle con mayor autoridad y capacidad.

-Por hacer un ejercicio ficticio de adivinación, ¿cómo cree que será el reinado de Felipe VI? ¿Cree que habrá una característica que marque decisivamente su reinado?

«Conocí por él previamente que su padre abdicaría y su compromiso con Doña Letizia»-Es muy difícil y aventurado ejercer de «pitoniso» respecto al futuro. Es posible que durante su reinado se presente alguna ocasión en la que el Rey pueda «dar la talla» como ocurrió con su padre en aquel 23-F de 1981, en el que pese a su juventud estuvo presente en los momentos álgidos del mismo. Pero no tengo la capacidad de adivinar y mi deseo es que este reinado discurra dentro de la normalidad y los españoles recuerden siempre a su Rey como persona entregada al servicio eficaz para mantener la libertad y el progreso de la sociedad dentro de la unidad territorial, en el marco de la Unión Europea (UE) en la que nos encontramos.

-Cuando eligió a Doña Letizia para casarse... ¿usted cómo recibió la noticia?

-Como hizo recientemente con ocasión de la abdicación de Juan Carlos I, Don Felipe tuvo la deferencia y el detalle de comunicarme previamente a la información de los medios de comunicación la noticia de su inminente compromiso con Doña Letizia. Aquella noticia me sorprendió por inesperada. Tanto en aquella ocasión como en ésta de la abdicación del Rey, mi reacción fue de gratitud por lo que ello significó y significa de confianza en mi persona después de casi 20 años de separación desde que finalizaron mis responsabilidades en relación con su preparación.

-¿Y ahora, ha cambiado en algo su opinión sobre la nueva Reina? ¿Qué opinión le merece Doña Letizia?

-No conozco personalmente a nuestra Reina, Doña Letizia. Es por ello que no puedo tener una opinión con fundamento sobre sus capacidades y cualidades. Solo podría opinar por referencias y comentarios de otras personas y ello no es serio por mi parte. Sin embargo, creo que nuestra nueva Reina está preparada «profesionalmente» para ejercer las funciones de Reina consorte y madre de la Princesa de Asturias e Infanta Sofía. Durante estos diez años de matrimonio y vida en común con la Familia Real ha tenido el valioso ejemplo de Doña Sofía que se ha ganado el reconocimiento, el respeto y el afecto de la mayoría de los españoles por su dedicación y lección de dignidad cerca de Don Juan Carlos, como se pudo apreciar en la sesión de las Cortes Generales el día de la proclamación de Don Felipe.

En mi opinión, Doña Letizia puede prestar la misma ayuda a Don Felipe y sobre todo, más importante si cabe, ser pieza fundamental en la educación y formación de la Princesa de Asturias, Doña Leonor, para asegurar la continuidad de la Corona, como ha sucedido en este caso con el relevo generacional que se acaba de producir. En estos cometidos principales de ayuda y formación creo que están los dos retos de su actuación en el futuro, dicho todo ello con mi mayor modestia.

-En su libro habla mucho y muy bien de la Reina Doña Sofía, ¿qué debería tomar de ella «prestado» y calcar la nueva Reina, en qué debe poner su afán Doña Letizia?

-Doña Sofía es todo un ejemplo a seguir por su incansable entrega, por su profesionalidad, determinación y complementariedad en el servicio a España durante tantos años junto a Don Juan Carlos. En ella tiene Doña Letizia un valioso ejemplo a seguir y un espejo donde mirarse sin dejar de ser ella misma y sin necesidad de abdicar de sus propias maneras y carácter.

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