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Refranes y dichos

El Mambrú real que se fue a la guerra

Soldados franceses compusieron esta famosa canción creyendo que el duque de Malborough había muerto en la batalla de Malplaquet

El Mambrú real que se fue a la guerra wikimedia

m.arrizabalaga

Nada sospechó el general Marlborough antes de fallecer en 1722 de un ataque de apoplejía en Windsor que su nombre, tan célebre en la guerra y en la política de su tiempo, pasaría a la historia en una canción burlesca y deformado en España como Mambrú .

John Churchill, duque de Malborough , había cosechado numerosos triunfos peleando contra los franceses en la Guerra de Sucesión española (1701-14), en la que Inglaterra intervino para contener las ambiciones de Luis XIV. Una de sus victorias más recordadas la logró en la batalla de Malplaquet . Aquel 11 de septiembre de 1709 cinco generales del ejército de Malborough cayeron muertos en el campo y este último corrió tales peligros que entre los franceses circuló como verdadera la noticia de que había muerto.

«En esta creencia, y hallándose los franceses en su vivac de Quesnoy la noche misma de la batalla, a uno de ellos (no se sabe quién) se le ocurrió componer y cantar con sus compañeros la canción: "Malbrough s'en va-t-en guerre; Mironton, mironton, mirontaine; Malbrough s'en va-t-en guerre; Ne sait quand reviendra"», relató el compositor Francisco Asenjo Barbieri en la revista «El Averiguador» en 1871 .

Esta especie de oración fúnebre burlesca, con la que los derrotados y hambrientos soldados franceses se burlaban de quien tanto daño les había infrigido, constaba según Barbieri de 22 coplas que durante algún tiempo corrieron entre soldados y campesinos franceses.

«Ya estaba casi de todo punto olvidada, cuando en 1781, habiendo la reina María Antonieta dado a luz al Delfín, se tomó para nodriza de éste una aldeana llamada Poitrine », prosigue el compositor que cuenta en su escrito titulado «Mambrú», cómo la tal Poitrine acostumbraba a cantar la canción de Marlborough al bebé y hasta los Reyes comenzaron a repetirla con frecuencia y a partir de ahí todo el palacio de Versalles. Según narra Barbieri, «el sonsonete se extendió con rapidez por toda Francia y aún por Inglaterra misma: todo el mundo lo cantaba y Marlborough se hizo tan de moda que dio su nombre a telas, a peinados, a carruajes, a guisados, etc», en un furor que duró muchos años, hasta la Revolución Francesa.

El eco de la popular canción llegó a España con la influencia francesa de la casa de Borbón y «se cantó por todas partes, aunque algo corrompida y españolizada, dando al héroe el nombre de Mambrú, más en armonía con nuestra lengua», aseguraba el compositor en 1871. La canción de Mambrú sería popularizada sobre todo por las niñas, que la entonaban en sus juegos de rayuela.

Ésta es la versión más aceptada por los expertos en refranes, dichos y frases hechas. Así lo recogía también « La Ilustración Española y Americana » de 1885 o la revista «Alrededor del mundo» de 1929 que sobre su posible autor apunta cómo «se dice que fue un bufón, alegre compañero de los rudos caballeros de Ourdenade, que los hacía representar sus improvisaciones batiendo el parche de su tambor».

El cruzado Mambron y el obispo de Lodeve

Sin embargo, en « El Mundo Ilustrado » de 1879 se cuenta que «según cierta tradición recogida y comentada por M. de Chateaubriand, resulta que el Mambrú es de origen árabe; que este origen se remonta a la Edad Media; que probablemente fue importada esta canción a España y Francia por los soldados de don Jaime I de Aragón y de Luis IX; que debe considerarse como una leyenda cuyo protagonista debió ser cierto oscuro cruzado llamado Mambron». A partir de ahí conecta la historia con la nodriza Poitrine y afirma que «únicamente por un inexplicable lapsus pudo sustituirse al nombre del oscuro cruzado el del general Marlborough, que tanta celebridad adquirió en la batalla de Malplaquet».

Manuel Martín Sánchez recoge en «Seres míticos y personajes fantásticos españoles » otra versión que sitúa el origen de Mambrú en «una canción de origen cátaro para ridiculizar al obispo de Lodeve», que fue conde de Montbrún. Martín Sánchez, que cita a Burguete Herrero, señala cómo los campesinos cátaros habrían inventado la canción como protesta contra el obispo usurpador que les arrebató sus tierras después de la batalla de Muret en la que murió Juan II de Aragón, «cambiándose con el tiempo la palabra Montbrún por Mambrú».

Todos coinciden, sin embargo, en el papel que Madame Poitrine desempeñó para popularizar esta canción de la que existen numerosas versiones en distintos idiomas.

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