ENTREVISTAAdrián CorderoDirector del Observatorio de la Reputación de la Empresa Familiar de la Fundación Nexia y director general de Leaderworld
«Muchas empresas familiares tienen pudor de dar publicidad a su responsabilidad social»
Invitado al forum del próximo 20 de mayo sobre responsabilidad social corporativa organizado por la Asociación de la Empresa Familiar de Alicante (AEFA) y patrocinado por Hidraqua, este experto desgrana para ABC algunas claves de futuro de las pymes.
–Por el tipo de tejido productivo de Alicante y la Comunidad Valenciana, ¿seguirán teniendo un peso específico las empresas familiares o se evolucionará hacia otras sociedades?
–Sí. Solemos olvidar que casi todas las pymes son familiares, pero no todas las empresas familiares son pymes. Hay múltiples ejemplos de grandes firmas de este tipo, como Planeta, Vocento -que también conserva un elemento familiar- y otras muchas. Son esenciales y algunas consiguen esa mayor dimensión, pero aunque han introducido una profesionalización de la gestión, mantienen un porcentaje de control del poder en la familia propietaria.
–Como especialista en la reputación de estas mercantiles, generalmente pymes, ¿qué imagen tienen en la sociedad?, ¿se ha resentido por la crisis, los ERE, despidos...?
–La crisis afecta a todas las empresas, la diferencia es que las familiares están imbricadas en su territorio y siguen teniendo su centro de decisión allí. Si alguna se retira de algún mercado por la crisis, no deja esa sede original, y eso entraña una sensibilidad por sus trabajadores y una rentabilidad que no busca el corto plazo. Aunque también implica que decisiones como un ERE sean más traumáticas. Su cultura financiera hace que en épocas de bonanza no busquen fuera y usen recursos propios, lo que se ve como una mala gestión, si bien cuando llega la crisis y no fluye el crédito aguantan mejor.
–Dos dilemas eternos: relevo generacional y entrada de directivos externos, ¿sí o no?
–El relevo es de ley natural, pero hay que distinguir el de la gestión del de la propiedad. Si se hace con los mejores profesionales del mercado, a la familia también le irá bien. Si prima el factor familiar por encima del profesional, los aspectos sentimentales, no funcionará. En los últimos años, los empresarios lo han comprendido y ahora están más capacitadas las nuevas generaciones, usan herramientas como el protocolo familiar o el protocolo de formación. Es un proceso progresivo, no se hace de un día para otro. El momento delicado también es la cohabitación de dos generaciones y cada una tiene diferentes formas de entender la gestión y cómo modernizarse.
–La responsabilidad social corporativa se tiene más en cuenta, pero ¿cómo pueden apreciarla los ciudadanos?
–Hay que distinguirlo de la filantropía. Y muchos empresarios familiares tienen pudor de darle publicidad, no quieren usarlo como un elemento que les ayude a vender. Trabajan así en el medio ambiente, en el ámbito social, cultural... y con fundaciones
–Recomiendan a las pymes ganar tamaño para competir, ¿pueden mantenerse con una estructura pequeña?
–En una economía cada vez más global, el tamaño es importante, en función del sector, pero hay nuevas herramientas, como Internet, que permiten mejorar la logística para la exportación, o las joint ventures, y alianzas de empresas familiares que van de la mano de grandes multinacionales. Por ejemplo, algunos hoteles han trabajado así en Cuba.
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