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¿Dónde está Bashar Al Assad?

El futuro del presidente sirio, desaparecido de la esfera pública desde octubre y cada vez con menos apoyos, deja de ser un tabú

¿Dónde está Bashar Al Assad? reuters

mikel ayestaran

La guerra avanza en Siria y cuanto más fuerte es el cerco de la violencia sobre Damasco más se empequeñece la figura de Bashar Al Assad. La última aparición en público del presidente fue durante la celebración religiosa de la fiesta del Eid, en octubre , después solo ha comparecido ante los medios en una entrevista concedida a un canal ruso a comienzos de noviembre.

¿Dónde está Bashar? ¿Es realmente la persona que está dirigiendo la guerra? Después de cuatro décadas bajo el control de los Al Assad la familia ha ido tejiendo una red de fidelidades que le ha llevado a controlar todos los resortes de la vida en el país, pero 21 meses de revuelta han acabado con su poder supremo sobre la vida de los sirios.

En las calles de la capital el hartazgo es la nota general. Las fotos del presidente han ido desapareciendo con el paso de los meses y ahora solo se encuentran en los lugares oficiales y oficinas del partido Baaz. Hasta los vendedores de recuerdos han retirado llaveros o postales con su cara , algunos por miedo a represalias de los opositores armados, otros porque ya le ven como perdedor.

La salida de su hermana Bushra con sus cinco hijos a Dubai y los rumores sobre la posible marcha también a Emiratos Árabes de su madre, Anisa, han intensificado entre los ciudadanos la sensación de que la familia está preparando su exilio. En las paredes de la capital se pueden leer amenazas de los sectores más leales que rezan «Bashar o arrasamos el país», pero hasta el tradicional grito de guerra de los seguidores de Al Assad «¡Con la sangre, con el espíritu nos sacrificamos por nuestro presidente!» ha sido cambiado por «¡Con la sangre con el espíritu nos sacrificamos por Siria!».

«Hemos llegado a un punto en el que lo importante es salvar el país, que lleguen a un acuerdo de una vez y detengan la muerte y la destrucción, de lo contrario nos quedaremos sin Siria», asegura un funcionario para quien el presidente «ya no es intocable» . Hace meses que la familia Al Assad dejó de ser un tabú para los sirios de a pie. Casi dos años de revuelta han provocado que el presidente también deje de ser una pieza indispensable para altos cargos del régimen y socios como Rusia cuyo primer ministro, Vladimir Putin, confesó que «no estamos preocupados por el destino de Al Assad, lo que nos preocupa en Siria es lo que puede venir después».

Rusia es junto a Irán uno de los principales aliados del régimen y el pesimismo sobre la marcha de la campaña militar de Al Assad «era algo que esperábamos después de nuestro reciente viaje a Moscú donde nos trasladaron el mensaje de que la estrategia de apoyo militar a Bashar no estaba dando los frutos esperados y por eso habían decidido no renovar los contratos de ventas de armas a Siria », asegura Safwan Akkash, miembro de la coalición opositora nacional ‘Cambio Democrático’.

Akkash, cuya trayectoria política le llevó a pasar 18 años en las prisiones del régimen, acaba de regresar a Damasco tras viajar a Teherán, Bruselas y Moscú en un intento por buscar una solución política al conflicto y, además del final de la venta de armas, afirma que «hemos obtenido el compromiso ruso de que presionarán al Ejército para detener los bombardeos aéreos sobre zonas civiles». Akkash piensa que «la negociación para fijar una transición está próxima, pero Assad queda fuera de cualquier plan futuro porque tiene las manos manchadas de sangre» .

Presión interna y externa

«Bashar no se va por la presión de Rusia y de los alauitas (secta derivada del chiismo a la que pertenece la familia del presidente), sino hace tiempo hubiera arrojado la toalla a cambio de inmunidad y muchos millones de dólares», opina una fuente próxima al Ejército Sirio Libre (ESL) consultada en Damasco para quien «la revolución va ganando adeptos día a día y cada vez hay más opositores ideológicos entre los funcionarios del régimen, siguen en sus puestos por miedo, pero ya trabajan con otra mentalidad y pensando en que el cambio es inminente».

El discurso ha cambiado radicalmente entre los oficiales del régimen. « Todo es negociable y su futuro también , no hay nadie más importante que el país en estos momentos», defiende Hanin Numer, secretario general del Partido Comunista y miembro del parlamento. El actual ministro de Economía, Qadri Jamil, fue quien abrió la puerta a un futuro sin Al Assad con unas declaraciones efectuadas en Moscú en verano, un pensamiento que muchos tenían, pero que no se atrevían a manifestar en público.

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