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Tres pautas básicas para rendir estudiando

El éxito escolar nace en la familia, según los expertos

Tres pautas básicas para rendir estudiando

carlota fominaya

¿Qué podemos hacer desde la familia para luchar contra los malos resultados de los alumnos españoles en el Informe Pisa ? Mucho. Aunque debería ser una combinación ideal de esfuerzos entre la familia, el niño y la escuela, la actitud de los padres es más importante en las notas de los hijos de lo que en un principio pueda parecer. Esa es la idea que Victoria Cardona trabaja en su libro «¿Quién educa a mi hijo?» , y del cual extraemos las siguientes pautas de estudio para ayudar a nuestros hijos a rendir mejor en los estudios:

1. HACER AGRADABLE EL ESTUDIO: Esto significa anirmalos con comentarios como: «¿Qué toca hoy?, si puedo te echo una mano...», «no tendrás interrupciones», «aprovecha ahora que tienes el ordenador libre por si has de buscar algo por internet...». Nunca haremos comentarios que desprestigien la autoridad del profesor como, por ejemplo, «esos profesores te ponen demasiados deberes», o bien que preocupen a nuestro estudiante: «¡Mira cómo trabajan tus padres para pagarte un buen colegio!». Si ha de realizar algún trabajo, procuraremos que nuestro hijo no sea adicto al cortar y pegar, sino que la lectura sea instructiva y sirva para adquirir conocimientos. «Aunque los estudiantes que leen ficción tienen más probabilidades de lograr una puntuación alta, son los estudiantes que leen una gran variedad de materiales los que consiguen hacerlo realmente bien», dice textualmente el informe PISA. Es un consuelo saber que el fracaso escolar no se debe a la utilización que hacen de las redes sociales; sin embargo, conviene que en casa establezcamos un horario para la comunicación en la red con sus amigos, que sea distinto del tiempo de estudio, igual que hacemos con alguna actividad extraescolar y con algún deporte que practique.

2. DISPONER DE UN ESPACIO ADECUADO. Hay que intentar disponer de un espacio en el hogar para el estudio de nuestros hijos, que siempre sea el mismo. Sin música, sin ruidos, sin iluminación ; a la vez, como cada uno es diferente, debemos distinguir al que sabe estar concentrado durante mukcho tiempo del que necesita hacer pausas de descanso y reanudar los deberes o el estudio. En las familias con pisos pequeños, se puede arreglar un espacio para estudiar, aunque sea la mesa de la cocina o del comedor, con la única condición de establecer un horario par ano tener que cenar con los libros ocupando la mesa. Para no dispersarlos, no podemos interrumpirlos a cada momento. Lo que sí podemos hacer es preguntarles lo que han memorizado; de esa forma sabremos si han aprendido a resumir y sintetizar, y si han reflexionado sobre lo que están estudiando. Sería ideal que no tuvieran el ordenador abierto mientras estudian, a no ser que estén buscando en la red algún documento relacionado con el estudio. Cuando nuestro hijo lee detenidamente, aprende. Concentrarse en el estudio es una tarea que los padres tenemos que facilitar. Nuestro hijo necesita su rincón.

3. APOYAR A LOS PROFESORES. Escuchemos y secundemos lo que nos dicen los profesores sobre nuestro hijo. Si no supiéramos la versión del colegio podríamos dejar de lado a aquel hijo o hija que, con más dificultades, necesita más tiempo para aprender y, por tanto, más atención de nuestra parte y —en caso necesario—, de profesores o especialistas del lenguaje; incluso puede suceder que otro con más facilidad para el estudiar se convierta en perezoso por no realizar ningún esfuerzo.

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