Gutiérrez Ordóñez y Lamo de Espinosa, «maestros de maestros»

La Universidad de Salamanca concedió hoy el doctorado Honoris Causa al filólogo asturiano, vinculado a León, Salvador Gutiérrez Ordóñez y al sociólogo madrileño Emilio Lamo de Espinosa . El solemne acto, destacó el «valioso papel» en la modernización del sistema universitario español de Lamo de Espinosa y la aportación a la educación como uno de los «padres» de la Constitución de la lengua española, es decir, de la Nueva Gramática, en el caso Gutiérrez Ordoñez.

Así lo resaltó el rector de la Universidad de Salamanca, Daniel Hernández Ruipérez , quien además afirmó que resulta «muy propio» que la decana de las instituciones de educación superior en España reconozca en ellos su «vocación, su aportación a la educación española y el hecho incontestable de que son ya maestros de maestros»

Durante su intervención, Salvador Gutiérrez se refirió a los «terribles» recortes que sufren las universidades, la investigación y la cultura del país y aseguró que lo «peor» es que «no se atisba una esperanza en el horizonte».

El nuevo Doctor Honoris Causa, explicó que ante un «país en caída libre», hay que pararse a pensar para proponer alternativas , pero también es preciso denunciar que se avecina un «enorme desastre en educación e investigación ». También, destacó que la educación es una “tarea tan ingrata como trascendente” y manifestó que el educador trabaja para el futuro y, en la mayoría de los casos, no ve los resultados benéficos de su trabajo. Por ese motivo, educar es «una tarea que exige vocación, porque, de lo contrario, el educador será un frío expendedor de datos y de teorías», informa Ical.

Por su parte, el sociólogo madrileño centró su intervención en el ámbito de la Unión Europea y en cuales son sus desafíos de cara al futuro. En concreto, advirtió de que la Universidad española, y la europea, «no acaban de despegar», al tiempo que señaló que «la exitosa» transición democrática ha entrado en crisis, y «buena parte de la arquitectura política construida en la Constitución de 1978 necesita de una seria renovación, quizás incluso de una reforma constitucional profunda».

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