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HISTORIA

Aquí murió Julio César

Un equipo del CSIC descubre el lugar exacto donde el líder romano fue asesinado

DAVID VALERA

«¿Tú también, Bruto?». Esa fue la última frase pronunciada por Julio César antes de morir. El recién nombrado 'dictador' de Roma reprochaba así la traición de uno de sus máximos colaboradores. Y es que de la muerte de este genio militar y político de la antigüedad se conocía el día de su asesinato (15 de marzo del 44a.C.), el número de puñaladas que acabaron con su vida (23) y hasta sus últimas palabras. Ahora, un grupo de investigadores españoles del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha hallado el lugar exacto del magnicidio: al fondo de la Curia de Pompeyo.

La muerte de César ha fascinado desde hace siglos y ha inspirado a grandes genios, desde una obra de Shakespeare hasta una película de Joseph Mankiewicz. El general que conquistó la Galia en una campaña militar antológica donde el enemigo le superaba varias veces en número y que puso las bases del imperio más poderoso del mundo antiguo ya tiene un secreto menos. El equipo del CSIC liderado por el historiador Antonio Monterroso ha descubierto una estructura de hormigón de unos tres metros de ancho y dos de alto que marcaría el lugar exacto de su muerte. Esta indicación fue colocada por Octavio Augusto, sobrino-nieto de César y primer emperador de Roma, para condenar el lugar de los hechos. «Es una estructura distinta del edificio original, es decir, incorporada después y sabemos por las fuentes antiguas que Augusto clausuró el lugar cuando ascendió al poder», añadió Monterroso.

La Curia de Pompeyo es un edificio que se usaba para las reuniones de los senadores. César fue asesinado mientras presidía uno de esos encuentros sentado en una silla por un grupo de conspiradores liderados por los senadores Bruto y Casio. Los restos de la Curia de Pompeyo están actualmente en el área arqueológica de Torre Argentina, en pleno centro histórico de la capital italiana, cerca del Coliseo. Las fuentes clásicas ya explicaban que este lugar fue clausurado y se convirtió en una capilla-memoria a Julio César .

Tanto la literatura como el cine han aportado su visión del magnicidio, pero a veces, han tergiversado los hechos. Este hallazgo aclara uno de los puntos oscuros que aún quedaban de una de las biografías más estudiadas. «Ahora podemos comparar el texto con el análisis tipológico y constructivo de esta estructura para convenir que los dos son coherentes y que ése fue el lugar donde César murió», explicó Monterroso, quien no alberga dudas de que la estructura está «encima del lugar donde él hubiera estado sentado». Como dijo César al cruzar el Rubicón. 'Alea iacta est'.

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