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ENTREVISTA

«Muchas personas silencian abusos por miedo a perder su trabajo»

La psiquiatra Marie-France Hirigoyen, impulsora de varios cambios legislativos en Francia para regular situaciones de acoso, vuelve a la carga para poner el foco en el abuso contra los más débiles

«Muchas personas silencian abusos por miedo a perder su trabajo» ÁNGEL DE ANTONIO

INMA ZAMORA

La psiquiatra Marie-France Hirigoyen es toda una eminencia en su campo y en su país, Francia, donde hace ya años saltó a la fama por denunciar el denominado «acoso moral» y divulgar con ello la existencia de un problema que padecían en silencio miles de personas. Años dedicados a entender las dificultades de sus pacientes han aportado a esta experta una dilatada experiencia que ya utilizó hace años para publicar su primer libro «El acoso moral», e impulsar con él varios cambios legislativos en Francia para establecer límites a este tipo de manipulaciones. Ahora, y tras años de éxitos en este campo, la famosa psiquiatria publica una nueva investigación, «El abuso de la debilidad» (Ed. Paidós) en la que se centra en las situaciones de abuso contra los más frágiles. ABC ha charlado con ella para conocer en qué consiste este fenómeno y cómo podemos evitarlo:

- El abuso de la debilidad es un problema de difícil reconocimiento, pues puede confundirse con otro tipo de conductas que pueden hacer que no lo identifiquemos. ¿Cuáles son?

No es nada sencillo identificar una situación de abuso de debilidad porque, habitualmente, esta se esconde dentro de una máscara de gentileza, de atención al otro e incluso de amor, con frases del tipo: «yo soy la única persona con la que puedes contar».

- Esto puede hacer que la víctima tome este tipo de conductas con normalidad y no se percate de que está siendo objeto del abuso. ¿Tenemos algún modo de saber que se están aprovechando de nosotros?

La mayor parte del tiempo, la persona sometida a abusos no es consciente de lo que le ocurre, pues se encuentra en un estado de confusión y carece de medios para salir de esa situación. Así, tiene la sensación de haber caído en su propia trampa y, aunque una tercera persona le alerte, pensará que no tiene ningún problema. Lamentablemente, quien sufre este abuso se «despierta» cuando ya es demasiado tarde.

- Lamentablemente, son muchos los casos que conocemos de abusos contra las mujeres... ¿cree que todavía hay demasiadas que aguantan esta situación porque la consideran dentro de la normalidad?

Hay mujeres que son víctimas de este tipo de abuso durante toda su vida. Se trata de mujeres insatisfechas, que se consumen, que incluso pueden llegar a enfermar o se deprimen, pero no tienen la energía necesaria para arriesgarse a una crisis que les permitiría librarse de la situación de dominación.

- ¿Qué secuelas psicológicas pueden quedar en una persona que ha vivido estas situaciones durante la infancia?

Cuando un niño es objeto de abusos o manipulación en la infancia, existe el riesgo de que, al llegar a la edad adulta, reproduzca la conducta abusiva de la que ha sido víctima. Sin embargo, si ha sufrido abusos parcialmente, por uno de sus progenitores, también puede dividir su conducta en dos partes... una de ellas aparentemente normal, adaptada, y otra parte maltratada, oculta.

- En su libro habla de los abusos financieros contra los más débiles que, por desgracia, son también comunes. ¿Podemos protegernos de ello?

Para evitar los abusos financieros o las estafas, antes de tomar una decisión debemos tomarnos un momento para reflexionar libremente sobre lo que estamos haciendo y comentarlo con alguien de confianza. En lo que se refiere a los más mayores, es muy importante que no tomen las decisiones por sí mismos y que alguien cercano y de buena fe pueda guiarles, aunque siempre sin imponerles su punto de vista.

- ¿Hay una característica común en aquellos que abusan de los más débiles?

Aunque en momentos concretos todos podemos emplear maniobras perversas para protegernos, los auténticos manipuladores son los «perversos morales», que sí tienen características comunes: megalomanía, gran capacidad de seducción, habilidad en el lenguaje, mentiras, utilización de los demás en beneficio propio y total ausencia de escrúpulos.

- Y el que abusa... ¿lo hace siempre de manera intencionada?

Sí. Los manipuladores saben muy bien lo que hacen. Saben que van demasiado lejos, si bien les importa muy poco, ya que el sufrimiento de los demás les trae sin cuidado.

- ¿Y pueden rehabilitarse?

No se puede cambiar si no se tiene mucha fuerza de voluntad, pero el verdadero perverso no tiene ganas de cambiar, pues no sufre. Lo único que hace es hacer sufrir a los demás.

- En el terreno laboral, ¿la presente coyuntura económica nos ha hecho más vulnerables a sufrir abusos en nuestro puesto de trabajo?

En este ámbito es incuestionable que los abusos de debilidad o de poder se han multiplicado, así como las situaciones de acoso moral en el trabajo. Esto se produce, sobre todo, a partir de determinados modelos de gestión empresarial que, en cierto modo, constituyen en sí mismo un abuso de debilidad. Se seduce a candidatos para un puesto de trabajo haciéndoles promesas que no se piensan cumplir, se utiliza a las personas como peones de los que se puede prescindir sin ningún escrúpulo cuando ya no se les necesita... Por supuesto, este tipo de situaciones se han agravado con la crisis económica, pues las personas se someten aún más por miedo a perder su trabajo.

- ¿Y qué debemos hacer al respecto?

No siempre resulta fácil defenderse, pero sí, haría falta más valentía, mayor solidaridad... Lo que pasa es que precisamente uno de los métodos de algunas empresas consiste en aislar a personas y dividirlas para conseguir mejor sus objetivos.

- Todos somos más vulnerables en tiempo de crisis...

Por supuesto, la crisis económcia que vive España puede inducir a determinadas personas a intentar aprovecharse para manipular a los demás. Sin embargo, creo que la situación económica y los malos tiempos también nos dan la oportunidad de reaccionar y ser más fuertes.

- ¿Cuál es la peor cara del abuso de la debilidad?

La que se comete contra los niños. En el contexto de una separación de los padres, los niños que son manipulados por uno de los progenitores pueden rechazar al otro. En este caso, el niño está condicionado para convertirse, a su vez, en un manipulador de cara al futuro.

- ¿Es el contexto social el que impulsa un mayor o menor grado de abuso de los más débiles?

Los abusos han existido siempre, pero en los últimos años han aumentado bastante. Internet ha provocado que tengamos la ilusión de que todo puede ser posible cuando queremos y del modo en que queremos, por lo que rechazamos todo tipo de límites. Con las agencias de comunicación y la aparición del márketing, la manipulación se ha profesionalizado y ahora los rasgos que configuran el carácter de la perversión moral son también criterios importantes para tener éxito.

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