JUICIO POR EL «VATILEAKS»
El mayordomo del Papa, condenado a año y medio de cárcel, no ingresará en prisión
En su último alegato, «Paoletto» insiste en su inocencia y asegura que actuó movido por su «amor visceral a la Iglesia»
Juan vicente boo
El juicio al mayordomo del Papa en el Tribunal del Estado del Vaticano concluyó el sábado a mediodía con una condena a año y medio de cárcel por «robo con agravantes», que Paolo Gabriele no llegará a cumplir, ya que no se ejecutan ... las de menos de dos años. La condena incluye también el pago de los costes del proceso, pero como se considera seguro un perdón de Benedicto XVI , «Paoletto» no pagará nada y puede incluso continuar trabajando en el Estado del Vaticano. Quizá por ese motivo, el ahora ex mayordomo del Papa abandonó la sala sonriendo y con aspecto muy aliviado. Su abogada defensora manifestó que era «una condena equilibrada».
Aunque parezca una condena irrisoria por el delito de haber fotocopiado más de un millar de documentos reservados del Papa y haber entregado un centenar a un periodista italiano que los publicó en un libro, la sentencia «benévola» tiene muchas ventajas también para el Vaticano.
La primera es que permite pasar página en un caso que, desde el pasado mes de enero y, sobre todo, desde la primavera, ha causado tremendo malestar y grave parálisis en los altos niveles de la Curia vaticana, donde ya nadie sabía de quien fiarse o de quien sospechar. Benedicto XVI, que tiene ya 85 años, ha acusado el disgusto incluso físicamente, con un envejecimiento prematuro que no ha llegado a superar en los tres meses de reposo en Castel Gandolfo.
La segunda ventaja es que una sentencia de menos de dos años no es susceptible de recurso, por lo que el sábado se escribió el punto final de la saga de «Vatileaks» , un caso que inicialmente parecía ser el resultado de muchos «topos» y «filtradores» en diversos departamentos del Vaticano pero que en realidad era el delirio de una sola persona, mentalmente inestable, con una mesa de trabajo en la oficina de los dos secretarios del Papa, donde fotocopiaba a su gusto ya que nadie sospechaba de él.
En realidad, la sentencia del Tribunal del Vaticano, leída por su presidente Giuseppe Dalla Torre, es de tres años de cárcel, pero reducida a sólo 18 meses por haber considerado a favor de Gabriele todas las atenuantes genéricas y haber tomado por sinceras sus declaraciones de no pretender causar daño , sino beneficio a la Iglesia.
«No me siento un ladrón»
El momento más interesante de la audiencia del sábado, conclusiva del juicio, fue la intervención final del acusado de «robo con agravantes». Paolo Gabrielese declaró inocente afirmando en una frase muy breve: «La cosa que permanece fuerte dentro de mí es la convicción de haber actuado por un amor exclusivo, diría visceral , a la Iglesia de Cristo y por su cabeza visible. Si tengo que repetirlo diré: no me siento un ladrón».
Acto seguido, el presidente declaraba concluida la ultima audiencia y los tres jueces se retiraban a la cámara de consejo, contigua al aula, para deliberar sobre la sentencia que, finalmente, emitirían a las 11.50.
En su últimaintervención, el fiscal Nicola Picardi había pedido para «Paoletto» una pena de tres años de prisión, acompañada de la inhabilitación permanente para desempeñar, en el Estado del Vaticano, cualquier trabajo que incluya alguna componente de gobierno.
A su vez, la abogada defensora, Cristianan Arrú pidió que el delito de Paolo Gabriele se rebajase a mera «apropiación indebida» o, en el caso de que el Tribunal del Vaticano lo estime como «robo», se considerase al menos que los eximentes equivalen a los agravantes.
El Tribunal ha optado por una decisión intermedia que parece favorable a todas las partes implicadas en un caso que ya ha causado suficientes daños a las principales víctimas: no sólo el Papa y la Curia vaticana sino también los autores de las cartas confidenciales a Benedicto XVI, víctimas también ellos de una grave violación de su privacidad.
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