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Un «Norman Foster» prehistórico en el cajón de un museo

Unas criaturas de hace 500 millones años se encuentran entre los «arquitectos» del mundo animal más sofisticados que han habitado la Tierra

Un «Norman Foster» prehistórico en el cajón de un museo Paul Witney

abc.es

Un fósil que ha permanecido en el cajón de un museo durante más de un siglo ha sido reconocido por los geólogos de la británica Universidad de Leicester como la muestra tangible de las habilidades de algunos de los arquitectos más sofisticados del mundo animal que han vivido en este planeta. El fósil, un graptolito , restos de animales formadores de colonias ya extinguidos que vivieron en los mares hace quinientos millones de años, ha proporcionado pruebas de que los primeros organismos desarrollaron funciones especializadas y cooperaban con el fin de construir sus casas , al igual que los constructores de hoy en día trabajan con un equipo de albañiles, yeseros y decoradores. Es algo así como el más primitivo «Norman Foster» de la prehistoria.

El fósil fue descubierto por geólogos del siglo XIX en las tierras altas del sur de Escocia y se guarda en el British Geological Survey desde 1882. Los graptolitos son comunes en las rocas de la era Paleozoica, desde el Cámbrico medio (hace 570 millones de años) hasta el Carbonífero superior (hace 280 millones de años). Son maravillosos e intrincados hogares flotantes con varios pisos . Los animales que los construían eran delicadas criaturas invertebrada de largos tentáculos.

Jan Zalasiewicz, del departamento de Geología de la Universidad de Leicester, examinaba la roca cuando notó que había pasado algo por alto. Este fósil en particular no muestra a los mismos animales, sino que tiene rastros de lo que parecen ser las conexiones entre ellos, algo así como encontrar las cuerdas que una vez mantuvieron juntos a un equipo de alpinistas.

Estructuras complejas

Estas conexiones indican que los animales de la colonia no podrían haber sido básicamente los mismos, como se había supuesto. Más bien, deben de haber sido muy diferentes en forma y organización en las distintas partes de la colonia. «La luz atrapó a uno de los fósiles en la manera correcta, de forma que muestra estructuras complejas que nunca habían sido vistas antes en un graptolito. Fue un golpe de suerte enorme... uno de esos momentos Eureka», dice Zalasiewicz.

En algunas partes de la colonia, estas conexiones fosilizadas parecen delgadas ramas entrecruzadas, mientras que otras parecen pequeños relojes de arena. «Un elemento clave en el éxito antiguo de estos animales debe de haber sido una elaborada división del trabajo, en el que los diferentes miembros de la colonia asumían diferentes tareas: alimentación, construcción, etc. La cooperación ha quedado conservada en piedra».

Ha sido un misterio cómo estos pequeñas y humildes criaturas prehistóricas podrían haber cooperado para construir estas impresionantes y sofisticadas viviendas, una habilidad que hace tiempo se perdió entre los animales de los océanos del mundo.

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