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Bretón no borró de su móvil las llamadas clave para su coartada

El informe pericial de su iPhone desvela que a los 2 días de desaparecer sus hijos capturó en pantalla registros del 112 y su familia al alertarles desde el parque; Rafael, su hermano, niega que manipuló el teléfono

Bretón no borró de su móvil las llamadas clave para su coartada EFE

F. J. P.

El móvil de José Bretón no deja de arrojar datos llamativos en la desaparición de sus hijos. El informe técnico preliminar entregado al juez del caso que ha examinado de forma exhaustiva toda la memoria del teléfono y confrontado los datos obtenidos por dos veces a cargo de la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía desvela cómo el acusado manipuló el registro de llamadas para un «borrado masivo» de las mismas dejando constancia intencionada de seis claves en la coartada de la pérdida de sus vástagos en el Parque Cruz Conde.

Según este informe, al que ha tenido acceso ABC , en la madrugada del 9 al 10 de octubre de 2011, esto es, apenas dos días después de la desaparición —y concretamente a las 3.53 horas—, «Bretón se cuidó mucho de, antes del borrado, dejar constancia de la la llamada que realizó al número de emergencias 112 el día 8 de octubre a las 18.40 horas cuando afirma que está buscando a los niños [en el parque], y las llamadas cruzadas con su familia ese mismo día entre las 18.17 horas —una llamada perdida de su hermano Rafael— y las 18.38 horas», refleja el informe de Net Computer Forensics.

¿Qué hizo para dejar a conciencia ese rastro a los investigadores?

José Bretón fue visualizando de madrugada cada una de las llamadas ocurridas durante esos «trágicos momentos», prosigue el informe. De cada visualización que hacía, con el terminal realizó capturas de pantalla, a modo de imagen o foto, que fue guardando en la memoria del iPhone . En el documento constan imágenes de esas capturas con la fecha, número, destinatario y hora de la llamada.

La secuencia discurre entre las 18.17 horas, con una llamada entrante de 26 segundos de su hermano Rafael, hasta la que hace al 112 a las 18.40 horas. En medio, otra perdida de Rafael a las 18.18 horas; una llamada de 19 segundos de su hermana Catalina a las 18.19 horas; dos más de Rafael de 19 y 11 segundos a las 18.21 horas y 18.36 horas, y una última de las 18.38 que responde al nombre de «Jose», y que pudiera ser su cuñado. Todas entrantes salvo la del 112.

Una semana después, Bretón es detenido. Antes, la Policía le incauta el móvil y realiza un volcado (backup o copia) de los datos de sus ficheros activos de la memoria del teléfono. Es entonces cuando la Policía detecta que se ha producido un «borrado masivo» del tráfico de llamadas de voz recibidas , emitidas o perdidas —no así las conexiones de Skype, vía Internet, hasta 156, desde que compró el móvil, con su padre, hermano y cuñado—.

Suprime todos los registros desde las 19.31 horas del 10 de octubre (última llamada que recibe de la Guardia Civil de Posadas) hacia atrás, hasta el 11 de febrero de 2010, cuando activa por primera vez su teléfono. «Como quiera que en esas fechas el terminal estaba en poder de José Bretón, que aún no le había sido incautado, no cabe duda de que el borrado de datos ha sido efectuado bajo su consentimiento», concluye el informe.

No hay novedades

El teléfono está retenido entonces hasta que el 16 de noviembre el juez ordena que se entregue a su hermano Rafael Bretón con el preceptivo aviso de no interferir en él. Transcurridos los meses y hasta que el magistrado que instruye el caso vuelve a solicitar un nuevo examen del teléfono en busca de nuevas técnicas y archivos que den pistas sobre los movimientos de Bretón, no hay novedades. El pasado 13 de junio, la citada Brigada de Investigación Tecnológica (BIT) vuelve hacer un nuevo volcado del móvil empleando esta vez una técnica de última generación [UFED Cellebrite]. Cruza las bases de datos del primer volcado con este último y constata que han sido eliminadas «todas las llamadas de voz realizadas entre el 10 de octubre de 2011 a las 11.45 horas y el 17 de octubre a las 11.47 horas. En total, 103 llamadas (a familiares, amigos, policías, periodistas y sin determinar) de las que sólo podrán recuperarse tres de escaso valor.

Como avanzó ayer ABC, las llamadas registradas con anterioridad a la entrega del teléfono a Rafael Bretón, ingeniero de telecomunicaciones, habían sido eliminadas. Además, como especifica el informe pericial, «utilizando herramientas de ingeniería sólo al alcance de expertos que actúan directamente sobre el fichero de base de datos», y al que se puede acceder a través de comandos específicos (SQLite).

Sin mencionarlo, este último informe pericial apunta a Rafael Bretón. La abogada de la acusación particular, Reposo Carrero, incidió en este asunto el pasado miércoles sopesando la posibilidad de pedir su imputación, aunque el grado de parentesco y el actual Código Penal lo eximirían de responsabilidad.

Reacción de Rafael Bretón

Rafael Bretón por su parte negó ayer haber borrado llamadas del móvil del imputado y afirmó que su familia «sufre como nadie» la desaparición de los niños a la parque denunció que se siente «desamparado ante el acoso que padece». En un comunicado remitido a Efe por su abogado, el hermano de Bretón niega las acusaciones vertidas por la letrada de Ruth Ortiz sobre el supuesto borrado de llamadas del móvil. «Los teléfonos móviles tienen una memoria limitada de registro de llamadas entrantes, salientes y perdidas, de las cuales las más antiguas van desapareciendo al estar el móvil encendido y seguir recibiendo o realizando llamadas», explica. Sobre este particular nada recoge el informe pericial de Net Computer Forensics.

«El resultado del informe sobre las llamadas desaparecidas habría sido el mismo aunque el móvil encendido hubiera estado custodiado en comisaría», añadió en la nota difundida a través de su letrado Simón Fernández Rebollo, que acudió el miércoles con él al juzgado. Para Rafael Bretón carece de sentido borrar llamadas de las que «la operadora de telefonía móvil guarda registro», aún más cuando la Policía ya lo revisó en dos ocasiones antes de devolver el aparato.

«Puedo entender la animadversión hacia mi hermano, pero no acabo de comprender por qué dirigir la ira y sospechas contra mi persona o mi familia cuando no somos responsables de los hechos acontecidos», apostilló Rafael Bretón que calificó de «infierno diario» lo que vive su familia.

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