Almenara exhibe una bandera catalana en el Castillo municipal

La edificación, que data del siglo XI, constituye el principal símbolo del pueblo, con una población de más de 6.000 habitantes y que en la actualidad celebra sus fiestas patronales. El tamaño de la bandera catalana instalada en el Castillo la hacía visible desde todo el término municipal y su presencia, detectada a primera hora de la mañana, generó una agria controversia entre los vecinos.

Según explicó la portavoz del PP en la localidad, Alicia Bañuls, los populares creen que la autoría de los hechos corresponde al Bloc, que no cuenta con representación en el Ayuntamiento, que gobierna el socialista Vicente Gil. El PP -que puso los hechos en conocimiento de la Guardia Civil- reclamó al alcalde que actuara de inmediato ante el ataque a la Comunidad Valenciana que supone la colocación de una bandera catalana en el Castillo de Almenara». Horas después de la petición efectuada por el PP, los promotores de la iniciativa retiraban la enseña.

Para los populares, la presencia de la bandera suponía una «agresión sin precedentes a nuestra historia, nuestro patrimonio y nuestra identidad». Por ello, había reclamado al alcalde «que no se pusiera de perfil y ordenera la cuatribarrada que preside la localidad», al tiempo que solicitó al PSPV que «denuncie públicamente esta actuación si de verdad piensan en los ciudadanos que ya han mostrado su indignación por este acto de burla y provocación».

El episodio registrado en Almenara ahonda en el debate interno entre las filas del PSPV y sus coqueteos con las tesis catalanistas, que su propio secretario general ha defendido durante su largo periplo como alcalde de Morella. Precisamente ayer, Puig abogó por la implantación en España de un Estado federal» que, aunque reconoció que es «más complejo, es el que mejor se adapta a la realidad de la sociedad española». Durante su participación en unas jornadas en Altea, efendió «el avance hacia un Estado federal como camino para superar los problemas que en este momento presenta el Estado autonómico».

La réplica desde las filas populares llegó por boca de su secretario general, Serafín Castellano, quien abogó por un Estado autonómico que «potencie una gran nación, como es España, desde el respeto a las señas de identidad y la idiosincrasia de cada territorio». Además, recriminó a Puig su «interés por defender las tesis de independentistas catalanes y plantear diecisiete miniestados que nada tienen que ver con el concepto de España que los ciudadanos han construido».